“Alfonsete”, el autor del tiroteo de Carchelejo, acaba en la cárcel

El juez de Guardia estima la envergadura del caso, con dos heridos graves

09 jul 2017 / 11:47 H.

Alfonso A. T., conocido por sus convecinos como “Alfonsete”, el presunto autor material del disparo que dejó malheridos a dos hombres en Carchelejo, ya está en prisión. La decisión del encarcelamiento fue dictada por el juez de Guardia de Jaén, tras tomarle declaración después de que el Instituto Armado le imputara homicidio en grado de tentativa. No se le atribuye tenencia ilícita de armas, pues la escopeta está legalizada con licencia y guía. En la decisión judicial pesó la gravedad de los hechos del asunto. La comparecencia duró cerca de dos horas, entre las once menos diez hasta, aproximadamente, la una y media de la tarde, cuando un furgón celular procedió a recogerlo.

La Guardia Civil tiene muy avanzada la investigación del suceso. Las indagaciones resultan relativamente sencillas, ya que el episodio ocurrió en plena vía pública. Los expertos en balística del Instituto Armado examinaron el impacto y, además, se recogieron indicios en la calle San Marcos, donde sucedió el ataque. Para la instrucción del caso también se usarán los testimonios de las personas que presenciaron el inesperado y violento incidente. Igualmente se cuenta con el arma, una escopeta de caza intervenida por la Benemérita durante la detención. Por lo que atañe al móvil del supuesto intento de homicidio, to- do apunta a rencillas entre Alfonsete y una de las víctimas del disparo, el presidente de la Cooperativa San Roque de Carchelejo, José Andrés González Gómez.

El suceso se desencadenó, de manera repentina, a última hora de la mañana del viernes. Habían pasado las once cuando Alfonso A. T. llegó en su vehículo, “tipo ranchera”. Después de estacionarlo en la vía urbana, no excesivamente ancha, disparó a bocajarro a solamente unos metros de distancia. Según las investigaciones, el objetivo era José Andrés González. Sin embargo, el proyectil, después de atravesarle el abdomen a este, alcanzó en el cuello a un anciano presente en el lugar e identificado como Pedro Mateo Coronas. En esos momentos, otras personas, que no sufrieron lesiones, se hallaban en la zona.

El punto exacto en el que ocurrió el tiroteo está en las inmediaciones del Bar La Ermita, perteneciente a un familiar directo del presidente de la cooperativa. El lugar se encuentra a solo unos metros de la vivienda de Alfonsete, situada también en la calle San Marcos, aunque en la acera de enfrente. Se trata de una zona céntrica en la que, además, se ubican el pilar, una pequeña ermita dedicada al evangelista y el edificio del hogar del pensionista.

Después de herir con la bala del cartucho a sus convecinos, Alfonso A. T. volvió a subir en su automóvil y, tras salir del núcleo, perteneciente al municipio de Cárcheles, descendió hasta la autovía A-44. Avanzó por ella cerca de una veintena de kilómetros, hasta que una patrulla de la Guardia Civil que, al parecer, había acudido a causa de un accidente lo detuvo. Un testigo presencial, Cristóbal Romero, aseguró a Diario JAÉN que él mismo había seguido con su vehículo al presunto autor del disparo y que, finalmente, consiguió avisar a los agentes del Instituto Armado para que procedieran a darle el alto, ya pasada La Guardia. Según se presume, la intención de Alfonso A. T. era entregarse.

revuelo. La sensación de asombro continúa desde el viernes en Carchelejo, un pequeño y tranquilo núcleo urbano muy conocido por sus embutidos. Los residentes en el pueblo se muestran asombrados por lo acontecido. Los vecinos se pronuncian, aunque siempre desde el anonimato. Las personas consultadas por este periódico, indican que, aunque no se trataba de alguien “fácil”, nadie preveía su violento comportamiento. En este sentido, se recuerda que resultaban sus quejas por diversas cuestiones y que se le conocían incluso conflictos con linderos. Igualmente, una carchelejeña subraya que, Alfonsete, quien estaba soltero, solía “molestar” a las mujeres, siempre con piropos, pero sin llegar a nada grave.

Todos los convecinos coinciden en vincular el tiroteo con la expulsión de la cooperativa presidida por José Andrés González. Quienes se pronuncian consideran justa la decisión, ya que critican que el hombre pertenecía, a la vez, a dos sociedades de este tipo de la zona, que usaba “a su conveniencia”. Desde el fallecimiento de sus padres, Alfonso A. T., de sesenta y cuatro años, vivía solo. Él y sus dos víctimas se conocían a la perfección después de residir en el pueblo durante toda la vida. El presunto autor del disparo tenía, de acuerdo con los vecinos, una posición económica bastante acomodada, gracias a las fincas de olivos que posee en el entorno de Carchelejo. De hecho, en su explotación pasaba buena parte del día.