Una moneda al aire

29 mar 2018 / 08:30 H.

En Semana Santa este título puede significar una incógnita, un deseo, un presagio, o una palmada de buenaventura; algo aleatorio que ha quedado dudoso al 50%. Para mí es un duelo conmigo misma. Fijar mi artículo hacia algo grande para esta provincia como es su Semana Santa o su Cristo, “El Abuelo”, y lo mucho que representa para esta sencilla y humilde “escribidora”, vivirla en su más pura esencia. La leyenda del anciano que llegó a la cortijada en una noche tempestuosa es bonita. Quienes la escuchan se conmueven, les causa efecto, pero cuando contemplan esa imagen, sus ojos se empañan, brota el llanto, porque tenemos a Dios delante y nos preguntamos: ¿Cómo de un rústico madero salió algo tan perfecto? La mano divina estaba en él. En nuestras ofuscaciones por Jaén sale lo negativo que padecen estas tierras. Ponderamos lo que nos gustaría que tuviese y le colgamos sus carencias. Ahora, en estos momentos, pienso que Jaén es una provincia muy afortunada. Inmensamente poderosa en ella misma. Atesora la Faz de Cristo, y el no menos Sagrado Nazareno: el hijo de Dios, “El Abuelo”, al que tantos veneramos. Jaén para los cristianos es un pilar robusto, todos los creyentes deberíamos tenerlo más presente. Solo decir “¡Viva El Abuelo!” y muchos son los corazones que laten a un ritmo en la madrugada fría.