Sesenta
años después

05 jun 2017 / 11:22 H.

Hubieran pasado inadvertidos los sesenta años de la apertura del “Capitán Cortés”, único superviviente de su época, aunque este diario se ocupó de recordarlo. A este hoy medio hospital —el otro medio es el Princesa— se le cambió el nombre y ha recibido distintas chapuzas: añadido de un ala, lavado de cara —un reloj de sol— y actualización —era hora— de los medios técnicos y de diagnóstico imprescindibles. Mientras, las demás provincias tienen hospitales nuevos y actuales. En 1957 nuestro anciano hospital atendió a 5.131 pacientes, los mismos que reciben asistencia hoy cada dos o tres días; cualquier comparación es odiosa. La infraestructura no da más de sí; no ocurren más problemas por la calidad humana de los equipos facultativos que lo sirven, trabajando a destajo no siempre en las mejores condiciones y con una precariedad laboral alarmante. Entre tanto, en Jaén se han atendido otras “urgentes prioridades”: el tranvía y el Museo Ibérico, ambas cerradas, para sorna y escarnio de todos.