Sin perder el tren

Empieza pronto un nuevo curso político tras un periodo vacacional diferente, en el que los máximos representantes institucionales estuvieron sin estar a la espera de nuevo

29 ago 2023 / 08:00 H.

Sirva esta crónica como despedida de uno de los periodos de vacaciones por antonomasia en un país paralizado por los encajes de bolillos que tan fáciles son en la teoría y tan complicados en la práctica, un arte en el que algunos demuestran más maña que fuerza y en el que otros, por mucho que lo intenten, jamás conseguirán hilar fino para alcanzar la utópica excelencia. Septiembre marcará el comienzo de un nuevo curso político con mejores caras y peores semblantes en un año marcado por convocatorias electorales para dar y regalar que dejaron el panorama en punto muerto y con el pescado prácticamente vendido. Fue precisamente la incertidumbre que dejaron las urnas la que dificultó un verano en el que los máximos representantes institucionales estuvieron sin estar. Hubo escapadas turísticas, a la playa o a la montaña, pero no como aquellas de un mes completo con el cartel de la delegación de competencias como señal de humo. Nadie se pudo permitir el lujo de la desconexión, por más merecida que fuese, en el comienzo de una legislatura municipal y en mitad del camino hacia la que marcará los designios de los ciudadanos españoles.

El caso es que termina lo bueno y empieza lo mejor. Son muchos los retos a los que se enfrentan quienes tienen el poder en sus manos en una tierra necesitada de agua y de manos arremangadas en la espera de una lluvia que paliará la ruina, la económica y la medioambiental, porque todo tiene su punto de conexión. Hay proyectos en marcha que no pueden perder el tren, como la construcción que abandera la Universidad de Jaén en el nuevo polígono industrial, el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex) del Ministerio de Defensa, un arma poderosa para la revolución (en el buen sentido de la palabra) de una provincia con menos cariño institucional que infraestructuras ferroviarias, otra batalla que no está perdida y que, si se consigue ganar, aumentará la competitividad y la autoestima de los jiennenses. Capítulo aparte merece la puesta en funcionamiento del tranvía, un cascabel que nadie le quiere poner a un gato más negro que el tizón, el de la mala suerte, una fama de la que no se libró ni la novedosa galería comercial del Jaén Plaza, salvando siempre las temidas distancias.

Más retos. Las autovías, otra tabla de salvación con idas y venidas, necesitan el empujón de lo público para que lo prometido deje de ser deuda independientemente de quien tenga la culpa del estancamiento, porque a la hora de mirar hacia adelante es más importante buscar la responsabilidad. La vertebración dentro y fuera de la provincia es tan importante como el comer para que, a la hora de repartir inversiones en iniciativas millonarias, Jaén brille en el mapa de las oportunidades en el que nunca estuvo por carencias en las que no hace falta redundar. Quedarse de brazos cruzados ante el parcheo es una atrocidad, una regresión inaceptable que sólo se puede salvar con reivindicación y unidad. Son demasiadas las asignaturas pendientes acumuladas en el buzón de quienes representan a unos ciudadanos que, por cierto, también tienen un reto como sociedad: dejar de pensar en negativo, apartar las amenazas que se ciernen en forma de crisis y dar la vuelta a la tortilla, pensar en positivo y realzar lo bueno de una tierra en la que por haber, como en botica, hay de todo. Esto no va de colores políticos, va de altura de miras en el comienzo de un curso político diferente y, a la vez, ilusionante para quienes saben que tienen el futuro en sus manos y que están obligados a escribirlo en mayúsculas. Sin perder más trenes. Ni uno más.

Sin perder el tren

Suenan tambores de protesta para pedir la autonomía en El Cetenillo

Está al lado de La Carolina, a tan sólo dieciséis kilómetros, pero pertenece a Baños de la Encina y, actualmente, es una Entidad Local Autónoma, una figura que costó tiempo y esfuerzo. El Cetenillo es un antiguo poblado minero situado en el corazón de Sierra Moreno elegido, hoy en día, como segunda residencia por ciudadanos de dentro y fuera de la provincia que multiplican su población en fines de semana y vacaciones y, sobre todo, en la época en la que brilla la berrea. Suenan tambores de protesta para pedir la segregación del Ayuntamiento bañusco —dirigido por el Partido Socialista en minoría— gracias a un movimiento más político que vecinal en el que está detrás el Partido Popular, que es el que lleva las riendas de esta localidad. Habrá movilizaciones a la vuelta del verano y, a la espera de conocer los detalles de cómo y cuándo exactamente, sigue adelante el recurso contencioso administrativo presentado en los juzgados para impugnar la aprobación del Presupuesto Municipal para 2021 de Baños de la Encina. Hubo partidas que no se cumplieron y contratiempos en forma de reducciones que sembraron la polémica y agitaron las malas relaciones entre el municipio y la entidad local autónoma.

EN CORTO. María Cantos, apartada de la política, pero cerca de ella

Decidió dar carpetazo a la política después de su experiencia como concejala en el Ayuntamiento de Jaén y, sin embargo, sigue muy cerca de ella. María Cantos, abogada de profesión, mantiene su vinculación activa con ese arte de hacer posible lo imposible desde la palestra de las redes sociales, donde deja claro lo que la capital necesita para avanzar y cómo afectará el signo político que dirija el Gobierno de España a una de las tierras más endeudadas del país. Cuenta con sus adeptos y sus detractores, pero no ceja en su empeño de denunciar públicamente lo que considera denunciable sin tener que morderse la lengua como en tiempos anteriores, cuando hizo saltar por los aires un acuerdo de Gobierno entre Ciudadanos y el Partido Socialista que nadie debería olvidar.