La otra pasión, la que va por dentro

Solo un leve alivio ha traído la Semana Santa en cuanto a campaña electoral, que la pelea sigue en todo lo alto >> Tanto se juega, que no hay respeto al adversario, tanto que al votante se le toma por tonto >> Serán las elecciones de la abstención

21 abr 2019 / 11:54 H.

N o es poco lo que queda y el hartazgo es generalizado, mitad por que una campaña electoral es soportable, dos como que puede que también, pero una pelea política permanente a ojos de un pueblo ensimismado en sus problemas y empequeñecido por sus políticos produce tal aversión que rayaría incluso la creencia democrática en la convivencia de ideas. La otra pasión, la que va por dentro de cada cual dista mucho de la que nos hacen ver, será por eso, también porque no es humanamente recomendable que sometan a cualquiera al bombardeo político al que es sometido, con consultas electorales permanente, la mayoría decididas en base a réditos partidistas y no a los intereses generales de la gente. Asistimos a una nueva batalla electoral, no hay novedad, lo sorprendente será que las cosas ahora sí que van a cambiar.

Irrumpe con fuerza el partido de la abstención, también en Jaén, según los sondeos electorales y el viejo Santo Reino, pese a ser en diciembre, con las andaluzas, la provincia con mayor índice de participación (63,3%) tuvo a la par la mayor caída con respecto a las elecciones de 2015, un 4,6%. Son datos, estadísticas que reflejan el ir y venir de los humanos, su ‘modus vivendi’, prácticas que luego se elevan a teoría y certifican a las claras que la abstención reina con cualquier elección que se presente (en Andalucía dejó de votar el 41,3% del electorado el pasado 2 de diciembre) y dejan en mal lugar a la clase política. Más en Jaén, donde los lastres, por su inacción, incompetencia y falta de compromiso real con las necesidades de esta tierra han colocado a sus habitantes en un lugar que no tienen sus provincias hermanas y cuyo futuro queda lastrado para varias generaciones por estos representantes que solo se fijan en la partitocracia, la democracia inventada por los partidos para seguir subsistiendo y emponzoñado el crecimiento de los pueblos, según intereses, según aritméticas de voto para alzarse con el Poder. Este domingo próximo, vendrá una nueva España, más peligrosa y menos justa, alejada de la Transición, mismamente la que han permitido quienes luego lo denunciarán.