Hay que ser torero

29 abr 2019 / 10:01 H.

Vaya por delante esa máxima que certifica que no es lo mismo votar a un alcalde de un pueblo o una ciudad que a un presidente del Gobierno. O de una comunidad autónoma. La cercanía a la Administración con la que los ciudadanos lidian en la vorágine cotidiana hace que la papeleta cambie de color a tenor del nombre propio de la cita con las urnas. Sin embargo, los aspirantes al bastón de mando no pueden mirar para otro lado en unas elecciones generales que son la antesala de las municipales, un termómetro que mide la tendencia del electorado y una herramienta perfecta para que, eso sí, cada uno haga una lectura subjetiva de las cifras. Las matemáticas dejan vía libre a la imaginación de los representantes de partidos políticos. Es muy difícil que pierdan. Todos ganan. Aunque sea, como en el fútbol, por la mínima.

En este entrenamiento para la que será la verdadera carrera por las noventa y siete alcaldías jiennenses, hay noticias destacadas, con actores principales como, en el caso de la capital, el “atleta” Julio Millán. Hay que ser torero para inmiscuirse en un proyecto en el que le sobrarán malos ratos por culpa de unas cuentas, las del Ayuntamiento, como para no dormir. No quiso dar el paso hace cuatro años, cuando estaba cantada su candidatura, por desavenencias con la organización —dejémoslo ahí—. Esperó su momento y, si nada ni nadie lo impide, el 26 mayo se enfrentará a Javier Márquez, un alcalde fortalecido por la dirección nacional de su partido que, a tenor de las circunstancias, tendrá que patearse más los barrios en los días que restan hasta el final del mandato. O no. Nunca se sabe. El primero superó en papeletas al segundo, pero mucho más por el “batacazo” del contrincante que por el éxito del protagonista. La vuelta a la tortilla.

Los resultados del 28 de abril de 2019 quedarán grabados a fuego en la hemeroteca de siglas como la del Partido Socialista en la provincia. La fuerza política que lidera, en la actualidad, Francisco Reyes no solo mantiene en rojo el mapa jiennense, salpicado de dos solitarios naranja y azul que, cuanto menos, llaman la atención en una tierra con una histórica tendencia de voto. También recupera la hegemonía perdida en la última batalla autonómica, cuando Susana Díaz consiguió el respaldo suficiente para formar un equipo de Gobierno con giro a la izquierda. Los socialistas son, además, los más votados en las ocho capitales andaluzas, mientras que el Partido Popular queda como segundo en Almería, Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, pero se ve desplazado a la tercera posición en Málaga y a la cuarta en las ciudades de Cádiz y Huelva. Está claro que los votantes premian la apuesta de Pedro Sánchez por el diálogo y la moderación, castigan a Pablo Casado y a Albert Rivera por sus excesos y confinan a la ultraderecha de Santiago Abascal en un pírrico diez por ciento.

Gana el “sanchismo” y, en una tierra —Jaén— con mirlos blancos como seguidores de un movimiento hasta ahora llamado crítico, llega el tiempo de la reconversión, de los abrazos a la fe de un hombre que nunca encontró apoyos más abajo de Despeñaperros. Todos están con él. Faltaría más.

Otro protagonista de la jornada es, sin lugar a dudas, el alcalde de Aldeaquemada. Manuel Fernández, que se sumó a la corriente crítica del Partido Popular abanderada por el dirigente de Porcuna, Miguel Moreno, consigue que Ciudadanos, su nuevo partido, sea el más votado. Ya sabe por dónde pueden ir los “tiros” dentro de un mes. Larga e intensa noche electoral como preludio de otra que está por llegar.