Privatizar la desorganización

16 sep 2018 / 11:13 H.

Desde hace meses los problemas para prestar un servicio correcto y en horario de atención al público en el Cementerio de San Eufrasio son evidentes y suponen un descrédito para quienes tienen responsabilidades en la gestión porque la principal afectada es la ciudadanía. Este periódico se ha hecho eco de las denuncias de familias que en horario de apertura se encontraban las puertas cerradas y dependían de una llamada al personal del otro cementerio para que, si podían, les abrieran las puertas. Una falta de planificación que hizo que el propio Ayuntamiento barajara la contratación exprés de una empresa de construcción para poder atender en condiciones al público. Finalmente, las pegas de la Intervención municipal hicieron que se desestimara esta opción. Ahora se desliza la posibilidad de privatizar parte de la gestión, en lo que concierne a la apertura de las instalaciones y otros trabajos. No se contemplaría en este caso una privatización entera del servicio, que en su día adelantó el que fuera alcaide Fernández de Moya. Una opción que la oposición descalificó en su momento y que, según sus cuentas, podía encarecer el servicio de enterramiento para el público en un “400%”. Esta vía, de momento, no se contempla por el equipo de Gobierno, pero sorprende que con una bolsa de trabajadores tan grande (más de 1.500 empleados) no haya forma de destinar trabajadores a este servicio público. Este punto denota falta de control y rigurosidad que se requiere para la gestión del Ayuntamiento de una capital. La improvisación y posponer las soluciones solo sirven para un deterioro del servicio que paga una ciudadanía que sí cumple con la Administración.