Preocupación en los olivares

21 ago 2017 / 11:12 H.

La bacteria que ataca a árboles leñosos, conocida como la Xylella fastidiosa, se acerca cada vez más a los olivares jiennenses. Los últimos focos detectados se encuentran en la Comunidad Valenciana, a escasos trescientos kilómetros en línea recta de la provincia. No hay motivo para la preocupación, por el momento, pero la amenaza existe, es candente y, aunque hay mecanismos para atajar el problema, es normal que exista cierta inquietud entre quienes tienen el pan de su familia en el campo. La Unión Europea decretó, después de confirmarse los primeros indicios de este mal en Italia, la tala radical. De esta forma, ordenó eliminar toda la vida vegetal existente en cien metros a la redonda de cada árbol infectado. Sin embargo, todo parece indicar que la medida no ha servido para contener una enfermedad que tapona los vasos por los que circula la savia y los colapsa hasta matar la planta.

Está claro que no vale solo con cortar. Ante la alarmante situación en zonas en las que la bacteria hace mella, como en los almendros alicantinos, surgen voces en contra de este sistema de erradicación. Hay agricultores que se niegan a terminar con sus explotaciones y, apoyados incluso por alcaldes, impiden que las máquinas enviadas por la administración entren en sus tierras para destruir los árboles dañados. La Junta de Andalucía, mientras tanto, intensifica las medidas de control contra la Xylella fastidiosa y, de la mano del Seprona, los técnicos vigilan el movimiento de plantas para evitar la venta ilegal, un foco de infección que en muchos lugares, como Baleares, resulta ya imparable. La concienciación ciudadana acerca de la importancia de evitar plantaciones irreparables resulta crucial en este momento.