Preocupación en el olivar

13 mar 2019 / 11:17 H.

Las espadas están en alto en una tierra eminentemente olivarera. La cosecha jiennense terminó por encima del aforo estimado por los técnicos, previsible siempre en los márgenes a la baja o al alza, y los precios del aceite de oliva, una vez más, se desploman. Hay preocupación en el sector, a pesar de la bajada de la producción internacional y del mantenimiento del consumo. El principal problema radica en la existencia de aceiteras que salieron a vender porque dan prioridad a la salida de su producto en lugar de buscar un lugar para el almacenamiento. Si hay mucha oferta y poca demanda, la devaluación del “oro líquido” es evidente. Sin embargo, los expertos aseguran que esta ley que impera en el mercado no justifica la brutal caída. Hay que tener en cuenta que el Observatorio de Precios de la Fundación del Olivar (Poolred) de la Junta de Andalucía se vende en torno a 2,40 euros por kilo, mientras que los lampantes cotizan a 1,95, una pérdida, en este caso, que supera el 30% en solo un año. Es necesario, ante una situación de este calibre, activar los mecanismos oportunos que están al alcance de las administraciones públicas y de las organizaciones agrarias para luchar contra la manipulada caída del valor del producto estrella de Jaén. El Gobierno central tiene herramientas que permiten ayudar a los olivareros a mantener los precios, como la activación del almacenamiento privado, con el beneplácito de la Unión Europea. Sin embargo, no solo inquietan los últimos movimientos del mercado, que para nada benefician a los jiennenses, sino también la falta de agua en el campo. Urge una solución definitiva para los riesgos extraordinarios en el olivar de forma equilibrada y sostenible.