Los efectos de la sequía

17 oct 2017 / 10:29 H.

La ausencia de precipitaciones, con un año especialmente seco, comienza a mostrar su temido rostro en la provincia de Jaén. En el pasado año hidrológico, recientemente concluido, no se llegaron a alcanzar los 400 litros por metro cuadrado. El déficit hídrico, que tiene su fiel reflejo en el nivel de los pantanos jiennenses, se analiza con tremenda preocupación por las negativas consecuencias que se derivarán de él. La primera y más evidente es la factura que pasará en la campaña de recolección de la aceituna. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) alzó ayer la voz ante la situación y cifró las pérdidas en un 25%, un buen pellizco para una provincia que cuenta con 66 millones de olivos y que tiene en este cultivo uno de los pilares de su economía. La organización agraria, por este motivo, ha pedido que se pueda prolongar el riego hasta finales de este mes de octubre, con el objetivo de aminorar las consecuencias de una situación seria y adversa derivada de la sequía.

Por otro lado, en Arroyo del Ojanco ya se están viviendo también las consecuencias de la falta de lluvia. Desde el pasado viernes, los vecinos del municipio de la Sierra de Segura comienzan a sufrir las restricciones en el suministro. Una medida encaminada a garantizar el abastecimiento y que se prolongará mientras la situación no revierta. De mantenerse la escasez de precipitaciones, es previsible que esta misma medida se extienda a otros municipios de la provincia jiennense.

En situaciones como la que ya empieza a vivirse, es obligada una llamada a la sensibilización de la población sobre el consumo responsable del líquido elemento. Una actitud de debería de adoptarse en todo momento, pero más aún cuando se apunta a una situación ciertamente compleja.