Lamentable ataque homófobo

15 ene 2019 / 11:49 H.

El huelmense Diego Martos sufrió el pasado sábado, cuando iba camino del trabajo, una violenta agresión de carácter homófoba tras bajarse en una parada del metro de Barcelona. Insultos previos y una cascada de golpes que lo dejaron malherido, unos hechos lamentables que deben ser visibilizados para que la sociedad se dé cuenta de que aún hay comportamientos inadmisibles que demuestran que los derechos de todos pueden ser pisoteados. La valiente reflexión del herido en este diario utilizando su brutal agresión como ejemplo para visibilizar un problema que está presente y que, en ocasiones, salta a los medios de comunicación por su extrema violencia. Pero hay otros comportamientos y descalificaciones que no saltan al dominio público, pero que afectan a numerosos colectivos por su condición sexual o racial. Lo llamativo de este aberrante caso es que, según el relato del propio Martos, algunos de los implicados serían menores de edad. El apoyo recibido por el jiennense por parte de organismos públicos, políticos y ciudadanía en general es necesario para recordarle en estos difíciles momentos que no está solo y que esta lamentable agresión no es el reflejo de una ciudad tolerante como Barcelona, ni de un país como España garante y pionero en tantas medidas de resarcimiento y reconocimiento de derechos de colectivos de homosexuales y lesbianas. Junto a las muestras de apoyo —entre ellas la de la alcaldesa Ada Colau y de su homólogo en Huelma, Francisco Ruiz— lo más importante es la detención de dos pesonas por el delito de lesiones en esta agresión homófoba. La denuncia de estos hechos, la concienciación pública y el imperio de la ley son la mejor receta contra el odio irracional.