La sensibilidad del Aquarius

18 jun 2018 / 09:53 H.

Hoy está previsto que el barco Aquarius llegue, junto a los otros dos barcos de la Marina italiana que trasladan a los 630 inmigrantes rescatados en aguas del Mediterráneo al puerto de Valencia. Junta de Andalucía tiene ahora, El Aquarius ya navega en aguas españolas y prevé llegar este domingo a mediodía al puerto de Valencia. Esta crisis humanitaria no será la última que deberá afrontar la Unión Europea, pero ha escenificado los desacuerdos profundos en materia migratoria que no acaba de cerrar Europa. Al cansancio de la presión migratoria que tiene Italia se suma ahora un Gobierno con líderes que hacen de este asunto materia política para rechazar al inmigrante de formas muy distintas. Su actuación ha dejado mucho que desear y mantener en el limbo del mar a 600 personas sin dejarlas llegar a puerto es lamentable e inexplicable al margen de la cierta presión migratoria que sufre el país. España, que dio un relevante paso al frente, también sufre esta llegada de personas de África, pero, sin embargo, dio una pequeña lección al resto de países que solo criticaban el desapego italiano, pero no ofrecían solución alguna. Este gesto será una gota en el inmenso mar de la desigualdad, sino se articulan medidas más relevantes para “repartir” la presión migratoria entre otros países. Cualquier fórmula de gestión debe pasar por la solidaridad con las personas en primer lugar y, después, con dotar de todos los medios necesarios a los países donde fondean estas pateras a la deriva. Una vez solventadas las crisis humanitarias son necesarios unos cupos con los que gestionar estas oleadas de personas a las que hay que atender sí o sí. La inacción solo puede agravar el problema.