Infraestructuras en precario

18 ago 2018 / 11:06 H.

El desplome del muelle del Puerto de Vigo deja un balance de 400 heridos y la sensación de que, milagrosamente, no se tienen que registrar víctimas mortales. La rápida actuación de los servicios de emergencias que evacuaron con rapidez y diligencia a los heridos y atrapados es un hecho. También lo es que es inadmisible que sobre una infraestructura ante la que se han elevado tantas quejas, ya sean de partidos políticos, ciudadanos e incluso la propia autoridad portuaria no se hiciera nada al respecto. En este sentido, y tal como reclama el fiscal que investiga el hundimiento del puente de la autovía en Génova, hay unos responsables públicos sobre los que debe recaer la investigación. En el caso español no hay que lamentar muertos, pero solo por el capricho de la fortuna. Por lo tanto hay que tratar este episodio como la tragedia que podía haber sido y depurar todas las responsabilidades. De momento, asistimos a un severo cruce de acusaciones entre el Ayuntamiento de Vigo y la Autoridad Portuaria y tendrá que ser una investigación independiente la que dictamine la responsabilidad de cada cual. Convendría, en esta línea, que no se cerrara en falso para bien de higiene democrática. Según el relato de la Autoridad Portuaria de Vigo, el Ayuntamiento de la ciudad conocía los desperfectos de este paseo. Así se lo había reclamado en los últimos dos años hasta en nueve ocasiones por escrito. Los controles, por lo tanto, no han funcionado y ahora para las víctimas se abre un proceso largo para poder presentar las reclamaciones pertinentes ante el órgano que, realmente, tenga competencia. De este hecho hay que extraer conclusiones y la comunidad autónoma debería interferir para explicarlas a la opinión pública.