Huelga en el sector educativo
Los sindicatos Ustea, ANPE y CC OO convocaron una huelga en la educación pública, que incluyó manifestación por las calles de la ciudad para pedir la ampliación de la plantilla y la bajada de la ratio como piedras angulares del presente y del futuro. Son muchas más las reivindicaciones expuestas en pancartas con las que quienes están dentro del sistema intentan contribuir a mejorarlo y, aunque la Junta de Andalucía cifró el seguimiento en un 1,5% en la provincia, lo cierto es que al menos se pudieron escuchar las reclamaciones para forzar, en las mesas de negociación, avances en un modelo educativo que contente a todas las partes. Es el único camino que encuentran los jiennenses, en muchas ocasiones, para solucionar los problemas con los que se topan en el día, un derecho constitucional, el de las reivindicaciones que suele surtir efecto. Sin embargo, hay que agotar antes todas las vías previas, a través de diálogo y cesiones por todas las partes, para zanjar esos obstáculos que impiden que el trabajo sea más efectivo dentro y fuera de las aulas. Quizás esta huelga esté fuera de lugar, cuando hay predisposición por parte del Gobierno autónomico, que es el que tiene las competencias en la materia, para reforzar el sistema educativo después de una pandemia que dejó muchas piezas sueltas en el “puzle”, pero si sirve para que las conversaciones se reanuden, entonces sí que es bienvenida y digna del respaldo público. Incrementar la plantilla contribuye a reforzar el concepto de “calidad”, lo que conlleva una mejora en la atención al alumnado con necesidades específicas, la reducción del horario lectivo docente y una rebaja de la pesada carga burocrática del profesorado, parte imprescindible de la sociedad.