Hacia un callejón sin salida

11 oct 2017 / 10:18 H.

Todas las miradas estaban puestas en el Parlamento de Cataluña y los oídos en las palabras de su presidente, Carles Puigdemont. La incógnita ante la posibilidad de una declaración unilateral de independencia se desveló en su ambigua intervención, en la que aseguró que cumplía con el mandato del pueblo expresado en las urnas el pasado 1 de octubre, pero que lo aplazaba durante unas semanas para abrir un periodo de diálogo. La afirmación tajante de los últimos días, en la que manifestaba su compromiso de mantener la hoja de ruta secesionista, perdió fuerza con la puesta en escena de la tarde de ayer, en la que fingió, de nuevo, ser quien toma la iniciativa, cuando realmente lo que está haciendo es llevar la autonomía de Cataluña hacia un callejón sin salida. Cada llamada al diálogo y al reconocimiento de la “singularidad” catalana está precedida de un nuevo incumplimiento de la legalidad, cada vez mucho más grave y alejado de los principios recogidos en la Constitución. Los independentistas buscan jugar con los tiempos, pero parecen no ser conscientes de que las posibilidades se les agotan y que las persistentes llamadas por parte del Gobierno de España a restablecer la legalidad no son infinitas. Ya se encuentran en el tiempo de descuento.

La clave de la situación está ahora en el Gobierno español, con su presidente, Mariano Rajoy, a la cabeza. El Consejo de Ministros extraordinario analizará esta mañana los pormenores tras el nuevo paso dado por el presidente de Cataluña. Todo apunta a una respuesta contundente por parte del Gobierno ante un desafío que ha alcanzado cotas de una gravedad mayúscula. De la advertencia se parará a la acción.