Fugados para no dar la cara

21 feb 2018 / 09:04 H.

La exdiputada de la CUP Anna Gabriel se suma a los líderes del independentismo que optan por fugarse de España para evitar rendir cuentas ante la Justicia. A diferencia del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, la dirigente anticapitalista ha optado por trasladarse a Suiza, tal y como dio a conocer ella misma a través de una entrevista en un medio de comunicación del país helvético. En el argumentario de los secesionistas, se bendice e incluso justifica la huida de sus representantes a otros países por considerar que se les somete a juicio político, una aseveración que no se cansan de repetir con el fin, tal vez, de confundir a la opinión pública internacional. Pretenden convertir en verdad absoluta que son juzgados por defender una determinada manera de pensar, mientras que obvian por completo que de manera persistente y reiterada hicieron caso omiso a las advertencias de las consecuencias que tendrían las decisiones adoptadas fuera de la Ley. Todo este proceso está cargado de contradicciones que atentan contra los pilares básicos del Estado de derecho, que tienen en la legislación la principal forma de regular la convivencia entre todos los ciudadanos. Huir, como hicieron con anterioridad el expresidente y los exconsejeros catalanes y ahora se suma Gabriel, denota, además, la falta de consecuencia con las decisiones que adoptaron en su momento y que ahora pretenden disfrazar como un acto simbólico. Dicen no reconocer a esta Justicia porque emana de Estado al que tampoco reconocen. Un argumento simplista de quienes pretenden utilizar las leyes a su antojo, con el único fin del beneficio propio mientras adoptan el papel de víctimas, como si esta situación nada tuviera que ver con ellos.