En una lucha permanente

27 nov 2016 / 11:23 H.

La violencia doméstica es una de las lacras más dolorosas de la sociedad actual. Existió siempre y, aunque hay mecanismos encaminados a combatirla, resulta complicada su ansiada erradicación. En la provincia de Jaén, 1.286 mujeres cuentan con algún tipo de protección en diferentes niveles de riesgo. Los datos que maneja la Subdelegación del Gobierno revelan que, en el primer semestre del año, se interpusieron 791 denuncias y se mantienen activos 40 dispositivos electrónicos de control de las medidas de alejamiento en el ámbito de la violencia de género. Hay, además, 214 usuarias del servicio telefónico de protección para las víctimas, del que es titular el Ministerio de Servicios Sociales e Igualdad. Consiste en la entrega de un dispositivo móvil que permite a las víctimas entrar en contacto en cualquier momento con un centro atendido por personal especializado en violencia de género.

Todos los actos que se celebran en torno al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, resultan de crucial importancia para remover conciencias y alentar a la población de que el problema sigue latente. El apoyo social y la unión de esfuerzos entre administraciones son armas poderosas y estrategias clave para luchar contra una lacra. Inculcar entre los pequeños, tanto en la escuela como en el seno de las familias, una educación basada en la igualdad también resulta de extraordinaria relevancia. Es necesario alzar la voz sin miedo y no mirar hacia otro lado, además de exigir a los dirigentes políticos que conviertan este grave asunto, de una vez por todas, en cuestión de Estado. La violencia de género es el símbolo de abuso más perverso e injustificado.