El drama de las estadísticas

13 jun 2019 / 09:09 H.

Todas las voces aseguran que el crecimiento económico existe, que los brotes verdes aparecen y que los bolsillos están mejor que en los tiempos de la crisis. Sin embargo, las frías estadísticas apuntan a un drama importante. Los datos del Consejo General del Poder Judicial indican que la recesión tiene, en estos momentos, efectos perjudiciales en Jaén. Muestran que 543 familias jiennenses fueron desahuciadas de sus viviendas el año pasado. La provincia sufre, ahora, más desalojos por orden de un juez que hace diez años. Son personas que se vieron obligadas a salir de su hogar porque no pudieron hacer frente a la letra de la hipoteca o al recibo del alquiler. Las ejecuciones hipotecarias, que terminan en una subasta del domicilio por impago, preocupan en una tierra en la que, en época de bonanza, era habitual que los jiennenses se endeudaran por encima de sus posibilidades con el beneplácito de las entidades bancarias. Era la época del boom inmobiliario, cuyas consecuencias todavía colean en una tierra con una de las más altas cifras de desempleo de toda España, con graves problemas de despoblación y con la reindustrialización como asignatura pendiente. Lo que sí se mantiene igual es el número de desahucios derivados de la Ley de Arrendamientos Urbanos, es decir, la de aquellos inquilinos que no pueden pagar el alquiler. 200 se contabilizaron el año pasado y, en 2017, 208. Las administraciones públicas están llamadas a mover sus hilos para que Jaén no pierda el tren del crecimiento que marcan los indicadores nacionales y se quede en el furgón de cola. Es hora de una discriminación positiva, con inversiones serias que atraigan capital privado y generen puestos de trabajo de calidad.