El cambio climático está aquí

Cada vez menos negacionistas del cambio climático tienen tribunas subvencionadas para clamar contra las energías renovables y la amenaza de desastres naturales en el mundo actual. Aquí también hay un cambio de tendencia, salvo desastrosos liderazgos como los de Donald Trump empeñados en negar las evidencias científicas, la conciencia ciudadana lanza mensajes certeros a sus dirigentes para un definitivo cambio de rumbo. La energía fósil y el propio modelo consumista de las sociedades modernas llevan aparejado un colapso de nuestro medio ambiente. Este modelo es insostenible y quienes avisaron de los problemas a los que teníamos que hacer frente se quedaron cortos con algunos de los efectos inmediatos que el hombre está produciendo, por ejemplo, en el clima. Por este motivo se requiere que haya dirigentes valientes que asuman un liderazgo para acometer medidas cada vez más imprescindibles. Sin embargo, los pasos que deberían ser ágiles son perezosos ante el inmovilismo de grandes emporios empresariales, intereses económicos y políticos que mantienen secuestradas a las futuras generaciones, a las que vamos a legar un mundo peor del que encontramos. Aunque los ejemplos de la virulencia de la naturaleza en todo el globo terráqueo son un hecho, no hace falta irse tan lejos para comprobar el aumento gradual de la temperatura en España y Andalucía. Periodos de sequía cada vez más largos y lluvias, de igual modo, torrenciales que cambiarán nuestros paisajes e, incluso, nuestra forma de vida. El cambio de paradigma es fundamental y a falta de liderazgos sólidos, es al propia sociedad la que debe exigir tomar las medidas para frenar nuestro desastre.