Dinero público malgastado

En Jaén hay demasiados ejemplos de proyectos a los que se destinaron importantes cantidades de dinero público y que finalmente o bien no se concluyeron, o quedaron a medias, o incluso, una vez acabados, no se pusieron en marcha. El tranvía, por méritos propios, es el primero que viene a la cabeza de los jiennenses. Tras una inversión que supera el centenar de millones de euros, casi seis años y medio después permanece encerrado en cocheras por la falta de entendimiento entre las administraciones para su puesta en marcha. Mientras, el deterioro de la infraestructura en la capital es más que palpable. El parque acuático que se comenzó a construir en La Imora es otro monumento al derroche del dinero de las arcas públicas. No fructiferaron los intentos de sacar partido a la infraestructura con nuevos proyectos. Los actos vandálicos y el saqueo hicieron el resto, para vergüenza general. Tampoco debería olvidarse el aparcamiento que comenzó a construirse en el Campo Hípico, que se quedó solo en la estructura. Lo que pretendía convertirse en parquin disuasorio para acceder al casco antiguo de la capital pasó a ser otro ejemplo más de mala gestión. Las vistas desde el mirador de La Alameda colocan en primer término este homenaje al despilfarro. A todos ellos se suman, tal y como recogía ayer este periódico, los 1,3 millones de euros que costó el Centro de Innovación y Competitividad de la Cámara de Comercio, la mayor parte sufragada con dinero público. Cerrado a cal y canto, también está siendo objeto de saqueos y robos, tras cuatro años terminado y sin que llegara a utilizarse ni un solo día. Todo ello, en el contexto de un Jaén necesitado de inversiones y con cifras escandalosas de paro.