Demanda de sentido común

Miles de personas volvieron a manifestarse en Barcelona, el pasado domingo, en la cita convocada por Sociedad Civil Catalana. Reivindicaron, de nuevo, “seny” —sentido común— tanto quienes aritméticamente tienen la sartén por el mango para gobernar en aquella comunidad autónoma, como al Gobierno de España. La situación parece encontrarse encallada. Algunos apuntan a que habrá Gobierno en breve, pero poco trasciende de quién, cómo y cuándo, preguntas claves en este ya largo proceso. Mañana se cumplen precisamente tres meses de la celebración de los comicios en Cataluña que tenían, como objetivo primordial, impulsar un nuevo escenario que permitiese una nueva salida a la situación generada por el anterior gobierno catalán. Lejos de alcanzarse, estos últimos meses han servido de poco avance, por el empeño de parte de los independentistas de obcecarse en la búsqueda de opciones que permitieran al anterior presidente, Carles Puigdemont —fugado en el extranjero— volver a asumir el cargo de máximo representante de la autonomía catalana. Con el independentismo viviendo sus horas más bajas —tanto por la situación de algunos de sus principales dirigentes, como por un menor respaldo popular, según reflejan las encuestas, además de las brechas abiertas entre los distintos partidos— parece tener toda lógica la petición realizada desde el colectivo de Sociedad Civil Catalana y su llamada al “sentido común”. La situación merece una salida cuanto antes, pero que, por supuesto, no implique entrar de nuevo en puestas en escena fuera de la legalidad vigente, que solo conducen a prorrogar el ya conocido artículo 155.