Cultura de aceite de oliva

16 may 2018 / 08:32 H.

El sector coincide sin fisuras en que es necesario que las bondades del aceite de oliva virgen extra deben tener un valor añadido de mercado, sin embargo las estrategias comerciales acaban por separar caminos y, a la postre, torcer el criterio mayor. En este sentido, buena parte del sector olivarero critica la incipiente guerra de precios que lleva a una caída de los precios de venta en origen que no se corresponden con las condiciones del propio mercado. Se trata, por lo tanto, de estrategias que para ganar volumen y clientela son capaces de “tirar” el precio y convertir un producto único en otro que vende por debajo de costes. Estas prácticas que, como explican los expertos, banalizan el aceite de oliva, dejan un poso extraño en los propios consumidores que no aciertan a entender cuáles son las claves de los vaivenes de precios. Si a esto añadimos el peligro de los aranceles en Estados Unidos, dadas las reales diferencias de precio entre los aceites, por ejemplo, de California y los que vienen de Europa, nos encontramos con un mercado que puede cambiar en un corto espacio de tiempo. En este aspecto, los grandes productores también son conscientes de que un mercado con exceso de producto, las grandes distribuidoras van presionar para conseguir precios más bajos. Por este motivo es tan necesario tener mucho peso específico en el mercado para poder pelear en el corto y largo plazo por unos precios que den rentabilidad al olivarero jiennense. De otra forma, solo grandes empresas productoras podrán aceptar precios bajos, haciendo imposible la competitividad de la pequeña explotación. El mercado del aceite de oliva está cambiando poco a poco y la provincia tiene que estar muy atenta.