Condena absoluta y reflexión

09 feb 2018 / 09:05 H.

Jaén vuelve a ser noticia de portada en todos los medios de comunicación nacionales y de nuevo por un hecho verdaderamente escalofriante. La investigación por la supuesta violación de un menor de nueve años en un centro educativo de un municipio de la comarca de Cazorla, por parte de algunos compañeros —también menores— hace que se queden cortos todos los calificativos. Es muy preocupante por varios motivos. El primero, la víctima, al tener que enfrentarse a una situación de tal gravedad con apenas nueve años, con las previsibles secuelas psicológicas que pueden derivarse. El segundo de los motivos reside en los presuntos autores de la supuesta agresión sexual, todos menores de catorce años. Sorprende sobremanera que unos chavales sean capaces de realizar algo semejante, más aún en un contexto como el escolar. Además, todos ellos, por su edad, son inimputables, lo que genera cierta controversia en la sociedad y una sensación de que un delito tan grave queda impune. El tercero de los motivos es el entorno. No hay que olvidar que, supuestamente y según ha trascendido, los hechos ocurrieron en el recreo del colegio, lo que abre muchos interrogantes sobre si se cuenta con los medios y la vigilancia necesaria para evitar que situaciones de este tipo ocurran en un centro educativo.

Lo ocurrido debe llevar a una necesaria reflexión que permita encontrar respuesta a una situación que genera una gran alarma social. Es necesario analizar la realidad y establecer los mecanismos pertinentes en todos los ámbitos y dirigidos a todos los actores para que hechos de este tipo no vuelvan a producirse. La educación es, sin la menor duda, la mejor de las armas para afrontar la situación.