¿Comunión
en la mano?

    13 ago 2020 / 16:32 H.
    Ver comentarios

    El año 2020 está siendo aciago, de mucho dolor y ruido; pero poco a poco se acerca a su fin. Mientras, 2021, fecha clave para eliminar el cambio horario, se prepara. No falta tanto y me pregunto si las aerolíneas, que en 2018 lo paralizaron, han trabajado en ello. Con la cancelación de vuelos por la covid-19, tiempo habrán tenido. España continental, por su longitud en el mapa, debería emplear el huso horario de Greenwich y no el de Europa Central, e igualarse con Reino Unido, Portugal o nuestras bellas islas Canarias. Lo natural sería parar el reloj con una hora de adelanto con el sol, como en invierno, y no dos. Sin más cambios, nuestro ritmo circadiano —que dirige nuestra cadencia de sueño y vigilia— estará afinado con el ciclo solar, sin soportar cada seis meses un trastorno añadido que afecta a niños, ancianos y enfermos. Para que no sea otro compromiso incumplido es el momento de abordar, con rigor y madurez, el sentido del huso horario que mantenemos y sus cambios estacionales.

    Leo como todos los días el Marca y me llevo la sorpresa de que el primer diario deportivo de España le dedica un reportaje de nada menos que de dos páginas a la reunión de la RFEF y la federaciones territoriales. En dicho reportaje, que deberían leer por su valor y contenido informativo todos los aficionados no solo de la Segunda B sino de la Tercera División, no tiene desperdicio algunos presidentes que manifiestan su desacuerdo con los ascensos directos de los cuatro equipos que fueron eliminados, entre ellos el Linares por el Real Jaén y que han subido a Segunda B sin ganar en el campo lo que por ley hay que hacerlo en el campo, no en los despachos. Opiniones muy respetables de presidentes de equipos como el Burgos, Sanluqueño, Andorra, Amorrebieta, Unionistas de Salamanca, San Fernando, Navalcarnero, Izarra o el Ibiza, todos de Segunda B y algunos de ellos que han subido esta temporada superando las dos eliminatorias. Me encantaría que el Marca mañana o en los próximos días hiciera lo mismo con otro numeroso grupo de presidentes de Tercera División seguro que la indignación a semejante chapuza discriminatoria de estos equipos sería igual o aún peor que los que jugarán la próxima temporada en la Segunda B. Por todo ello, este aficionado que escribe desde su más humilde posicionamiento pide públicamente la dimisión de Rubiales por su nefasta gestión en la programación de los playoff de ascenso a la B, donde primero no se valora la victoria y sí el puesto más arriba de los equipos implicados. El fútbol como en todos los deportes se rige por la conquista de la victoria. Nunca por un caso excepcional se da por finalizada una competición porque dos clubes dieran positivos antes de su partido decisivo o acaso lo que no valía para el Deportivo y Fuenlabrada de que no era razonable su suspensión incluso teniendo 28 positivos en la expedición, sí vale con los dos positivos del Marino. Señor Rubiales, —lo reitero una vez más—, usted no puede continuar ni un minuto más en la RFEF, ha masacrado a muchos clubes que ganaron en el campo lo que usted ha querido de manera miserable que lo gane en los despachos y uno de ellos es el equipo de mi querida tierra a las puertas de su centenario de vida, el Real Jaén, un club histórico que no ha perdido en el terreno de juego lo que usted le ha dado desde su despacho a dos de sus rivales, al Linares y al Ejido. Dimita y que los problemas de
    los equipos modestos los arregle otras personas.

    Nos están lavando el cerebro. No son contagios, señores del Ministerio y quienes informan diariamente de “casos” o “contagios” de esta pandemia, son de miedo, que padecemos. Que son pruebas PCR positivas, carentes de absoluta validez para definir el término “contagio”. Y si piensan que nos están protegiendo, como muy bien analizan la psicoterapeuta María Ibáñez y Jesús Jiménez, psicólogo clínico en el Huffingtonpost, se equivocan gravemente. Lean, infórmense, pero no contribuyan por más tiempo a esta burla que amenaza con destruir no solo la economía del país, sino su salud, mental y física de sus gentes, que tanto monta, monta tanto.

    El mal avanza en todos sus frentes pero sobre todo ataca con saña infernal a la eucaristía que es la vida de la Iglesia y por tanto de todos los fieles católicos. Muchos miembros del clero católico comenzaron una labor de desacralizar. Se despojaron de sus vestiduras sacerdotales y como Satanás es astuto y taimado, fue avanzando por este camino. Comenzaron a dar la comunión de pie, a continuación en la mano contraviniendo las normas del Magisterio he infeccionando a los fieles con doctrinas heréticas sin ninguna oposición. Pero hay un dato esperanzador, hay muchísimas asociaciones que están orando y luchando para que esta norma sacrílega sea eliminada en la Iglesia y se cumpla el orden establecido por el Magisterio. Los católicos también somos Iglesia y tenemos el deber y la obligación de denunciar las conductas erróneas.

    Cartas de los Lectores