Política con
altura de miras

27 feb 2019 / 16:13 H.

Me acuesto y me levanto siempre con la misma pregunta, y por mucho que pienso no doy con la palabra adecuada, se trata de la crisis en que nos encontramos, crisis en el trabajo, en el deporte, de valores, política, medios de comunicación y un largo etcétera. Ahora no hay tal cosa, que va, antes sí era cierto, ya que no había comida suficiente, trabajo sí, pero de qué manera... Yo recuerdo, de pequeño, hacerlo todo el día y todo por aprender; aprendí a trabajar de una manera nada habitual, de lo cual no me arrepiento de nada, al contrario, me alegro. Pero ahora me da risa al oír hablar de la crisis por muchas razones, una de ellas en la gran cantidad de vehículos por todas las calles, vehículos que lo invaden todo y dificultan el paso de los peatones, y un largo etcétera. Por ejemplo, el consumismo. Se me olvidaba, que yo sepa no tengo culpa de nada, es de todos por nuestra manera de actuar ante tal situación. Lo que hace falta es que no haya crisis de verdad, entonces tendríamos que lamentarnos en serio.

A primero de año tuvo lugar una reunión en Pekín de las delegaciones china y estadounidense para intentar encontrar una salida a la guerra comercial que enfrenta a la primera y la segunda economía mundial, provocada por el nacionalismo que practican los presidentes de China y de Estados Unidos. El fin de la guerra comercial sería una gran noticia en un año que económicamente ha comenzado con grandes dudas. No se habla de recesión pero sí de una ralentización económica global. De hecho, la Reserva Federal de Estados Unidos se ha mostrado ahora reticente a continuar con una política de subida de tipos de interés que hasta hace poco consideraba conveniente. Esta situación de incertidumbre llega cuando en España no tenemos un rumbo claro en nuestra política económica. El Gobierno de Sánchez aprobó en el último mes de 2018 una serie de medidas que supondrán el incremento del gasto público en más de 6.000 millones de euros, sin que estén claros los ingresos. Continúa la incertidumbre sobre el presupuesto. Por si esto fuera poco, ahora, además, nos ha convocado a las urnas.

A principios del mes leía un titular: “McDonald’s no usará carne obtenida de animales tratados con antibióticos”. Dicho así, se nota que es el titular de un artículo propagandístico que va dirigido a un público muy afín y muy ignorante. Es cierto que utilizar antibióticos sin el adecuado control puede crear resistencias. Puede pasar que estos individuos, cuando de nuevo requieran su uso, los antibióticos resulten menos efectivos e incluso ineficaces. Recuerdo que generalmente las resistencias no se producen por el uso que se haya hecho en la producción de alimentos sino por el abuso en el consumo propio como medicamento, con mucha frecuencia excesiva o innecesaria. En el artículo de la compañía americana de hamburguesas se lee que ello ha incrementado en los países desarrollados la mortalidad por esta causa, la resistencia a los antibióticos. Ahora la empresa se adhiere a la campaña contra el uso sin “control” de antibióticos, al anunciar que “van a prohibir el uso de estos fármacos en los animales de los que se proveen de carne, para tratar de reducir así la resistencia a los antibióticos”. Pregunto a estos vendedores de carne: ¿Qué han de hacer sus proveedores cuando aparezca una enfermedad infecciosa que solo se cura con antibióticos? Por favor, seamos serios, una cosa es utilizar y otra abusar de la misma manera, que no es lo mismo informar que manipular.

Fueron tres o cuatro docenas de izquierdistas “históricos”, con grandes banderas de mil batallas perdidas, los que todavía se reunieron el 24 de febrero en la Puerta del Sol para defender a Maduro, protegidos por un fuerte cordón policial. Enfrente, un número parecido, pero de rasgos venezolanos y solo seis pancartitas hechas a mano, denunciaba al régimen “bolivariano” que el día anterior había quemado en la frontera alimentos y medicinas, asesinando al menos a cuatro compatriotas y herido a más de cien. Tras una hora de enfrentamiento, los maduristas estaban rodeados ya de más de trescientas personas, en su gran mayoría españolas, que les increpaban por su defensa del tirano, teniendo que salir muy abucheados y escoltados por la policía. Ya Marx tuvo advertir, contra sus dogmáticos imitadores, que él no era marxista. Pero estos no solo sustituyen la teoría de “generaciones instrumento” por la de “países instrumento”, cuando no es el suyo, sino consideran como “enemigo principal” a Estados Unidos, cuando hace tiempo que Rusia y China se han convertido a un capitalismo más primitivo, salvaje, brutal. Con su fe ciega, estos fanáticos son el más triste ejemplo del progresismo reaccionario.

en tiempos de nacionalismos y populismos, Francisco, el Papa, ha reclamado a la política altura de miras para que prevalezca la unidad sobre el conflicto. Me parece una reclamación acertada.