La vuelta al colegio

16 sep 2016 / 17:30 H.

Comienza pronto un nuevo curso escolar, y con él, la compra del uniforme, ó de ropa y zapatos que llevarán durante el otoño-invierno. Las tiendas exponen las prendas de la nueva temporada, invitándonos a consumir, como cada año. Los niños, desafiando el valor del euro y su redondeo, pegan sus caras a los escaparates, y abrazando a sus padres, les piden una y otra vez, aquello que les “mola”. Más tarde, vienen los libros, que no valen de un año para el otro, en el mismo curso, y calculamos el importe de todos ellos, con cara de resignación, añadiendo a los mismos, la mochila, cuadernos, estuche, lápices, y demás complementos. Se habla mucho de la depresión post vacacional y parece que hubiera que pasar por ella, sí ó sí. Menos mal que los niños no suelen padecerla. A ellos, les apetece encontrarse con sus amigos, y pensar en sus nuevos profesores, y en cómo serán. Va llegando el inicio de nuevo curso, durante el que los padres hemos de tener claro, la ayuda que hemos de prestarles en sus estudios, y el horario al que deben someterse, alternando el estudio con el juego. Paulatinamente, habrán de adaptarse a su nueva forma de vida, dentro de unos espacios de tiempo y una disciplina sin agobios. Hemos de procurar que el ambiente sea el más indicado, para que puedan concentrarse en el aprendizaje. Debemos esforzarnos en que nuestros hijos no encuentren demasiada diferencia, ente el colegio y su casa, en cuanto a disciplina, pues, en caso contrario, correrán el peligro de relajarse demasiado, y no desearán ir al colegio, donde la subordinación es necesaria y rígida. A los padres nos toca trabajar junto a ellos, y recordar materias olvidadas. Ellos valorarán, en gran medida, esta preocupación e implicación de sus progenitores. Por último, los padres hemos de estar en contacto con los profesores de nuestros hijos, mediante las reuniones que convoquen, y compartir con ellos, los conocimientos y actitudes, tanto positivas como negativas, de los mismos.