Sin Carnaval
ni libertad

06 mar 2019 / 11:10 H.

Muchos dueños no están de acuerdo o no son conscientes de esta medida, lo cierto es que castrar a un perro puede ser beneficioso tanto para la salud física como emocional del animal. En muchas ciudades existe una sobrepoblación de mascotas. Esto quiere decir que millones de perros y gatos no tienen un hogar. Algunos viven en un refugio, otros en la calle. No hay casas de acogida ni familias suficientes para todos. El 98% de las protectoras están desbordadas. Esto podría reducirse con la esterilización. Castrar a un animal no es algo que únicamente se hace en animales abandonados o callejeros. Los que tenemos en casa también, ya que de esta manera no traen al mundo más mascotas y le dan la oportunidad a las existentes a ser adoptadas. La edad recomendada para esterilizar a un perro es entre los 6 y 9 meses. Los adultos pueden ser operados, pero cuanto más grandes sean, más riesgos o complicaciones podría haber en la operación, aunque se trate de una intervención muy simple. Son varios los beneficios para salud del perro a la hora de realizarle la castración. En las hembras la esterilización ayuda a prevenir las infecciones uterinas y los cánceres de mama y matriz (quistes y tumores en ovarios y mamas). Elimina el celo, con ello el estrés que le causa y desaparecen los embarazos psicológicos. En los machos previene el cáncer testicular (quistes, brucelosis, tumores testiculares, prostáticos y anales) y el riesgo de acumulación de testosterona, la que conlleva caída de pelo, estrés y puede acortar un poco la vida del animal. En los felinos también puede prevenir el contagio de enfermedades como la leucemia e inmunodeficiencia felina. Aparte, benefician en el comportamiento del animal, dejará de marcar el territorio en cualquier sitio, no tendrá deseos de vagabundear para reproducirse, aumenta la socialización entre otros perros ya que se creen que los problemas “sociales” entre perrunos están relacionados con las hormonas y testosterona. Hay mitos dentro del mundo animal como por ejemplo que los animales esterilizados engordan, si su animal sigue con el mismo estilo de vida acorde a su edad y haga su actividad física diaria. Hoy en día hay piensos especializados para los animales esterilizados. Otro mito que nos encontramos es que la hembra es bueno que críe una vez al menos sean perra o gata, existe una relación consciente con la reproducción como parte necesaria de su bienestar emocional. Su sexualidad es distinta a la del humano y está totalmente dictada por las hormonas, por lo que no presentarán emociones como la frustración o el deseo de tener hijos a un nivel consciente. Si la cirugía se realiza antes del primer celo las posibilidades de tener un cáncer de mama son casi cero. En cambio, si se realiza después del primer celo las posibilidades se incrementan hasta el 7%, subiendo hasta el 25% si se realiza después del segundo celo. Mediante la esterilización se puede evitar el sacrificio y el abandono de miles de perros y gatos cada año.

L a izquierda en España siempre ha tenido un sentido patrimonial de la enseñanza, fundamentalmente porque es el vivero del que van naciendo generaciones de futuros votantes afines a sus ideas. Desde su fundación —y más concretamente desde la II República—, el Partido Socialista, en el gobierno o en la oposición, ha concluido pactos, ha hecho cesiones y ha requerido o prestado apoyo a otras fuerzas políticas a los más variados estamentos de la sociedad, pero en la relativo a la familia y a la enseñanza, jamás ha abdicado de sus planteamientos ni retrocedido un palmo de terreno. La izquierda en España siempre ha tenido un sentido patrimonial de la enseñanza, fundamentalmente porque es el vivero del que van naciendo generaciones de futuros votantes afines a sus ideas. Con una constancia digna de mejor causa, los ministros socialistas nada más tomar posesión de la cartera de Educación se apresuran a barrer situaciones indeseables para sus intereses y a poner en marcha, sin el más mínimo diálogo, acciones que responden a planteamientos de todos conocidos y que repiten en cada ocasión que les es propicia. Más concretamente, la religión —o por mejor decir la Iglesia Católica—
y los derechos de los padres en la educación de sus hijos, son blanco directo de los ataques que surgen desde los reductos socialistas en materia educativa.

n ingún dictador permite el Carnaval. Es la fiesta de la libertad, el día en el que a los de abajo se les permite criticar a los de arriba, lo que constituye un freno preventivo a algunos de sus peores desmanes. En la Saturnalia, hasta los esclavos actuaban como amos por un día. En el Madrid posfranquista, llegamos a manifestarnos más de 160 grupos. Nuestra pérdida de libertades se fue manifestando en su control, disminución y prohibición final de toda “iniciativa privada”. El Carnaval se redujo a unas lujosas carrozas oficiales y danzas folklóricas de aquí o latinoamericanas. Por fin se ha suprimido el espectáculo global. Así sea esfumado sin oposición pública una más de tantas otras libertades nuestras, estrangulada sin necesidad de otra ley mordaza específica más; otra prueba del escaso amor a la libertad de todos que predomina hoy en nuestro pueblo, que sus dirigentes halagan como democrático, cuando es simplemente apático, dócil, manejable ya hasta por los peores políticos.