Azar
objetivo

19 ene 2018 / 09:38 H.

En el vaso de porcelana china con tabaco flota una rama de lavanda junto al librillo del papel de liar. Cercado de mujeres, escuchándolas, fuma amargura el profesor sin ganas de ponerse a trabajar. Ser de su acabamiento, con la luz de noviembre el poeta rompía esta mañana cartas, sobres, facturas, recortes viejos de periódico, papeles con versos escritos a lápiz, infinitos, que ninguna caja de imprenta podría disponer sin escalón, la receta con su medicación del invierno pasado, la que le fue tan mal. A poetas sin interés y nada edificantes les dedicas muchas horas de estudio, demasiadas —se lo reprocha al profesor el poeta mientras busca palabras que no sabe quién las dijo, ni cuándo ni por qué y le pudre la nieve de la aurora la llama de su lámpara de gas. Cuando todo vaya mejor, así que aclaren esta niebla lluvias de otros días o aquellas noches donde un niño sin conciencia del tiempo, perdido en el otoño, contempla todavía la rosa arrasada del musgo, monsieur Mallarmé escribirá sin darse cuenta, nuevamente, tres versos de los muchos que esta mañana decidió olvidar: siempre será el poema el que lleve la voz cantante, es más fuerte su música que tú, acabará contigo, hipócrita profesor, quiere oír el silencio de tu incapacidad.