Ya somos
mayores

18 ene 2018 / 08:19 H.

El siglo cumple la mayoría de edad, y la importancia que para cada uno de nosotros suponía cumplirlos dependía de las expectativas, de la ilusión y de los sueños que nos habíamos creado con la supuesta independencia, y pérdida de “inocencia” que te otorgaba el comienzo de esta nueva etapa, y no eran pocos. Dieciocho es un número significativo, implica cierta responsabilidad a la hora de tomar decisiones; puedes votar y sentirte parte de la sociedad y qué importante era que te tuviesen en cuenta. Podías buscar trabajillos compatibles con tus estudios, o al menos eso era antes, y tener capacidad para gestionar tus propios recursos económicos que te daban la “libertad” sin responsabilidades aún de permitirte esos caprichillos para ti y los tuyos a los que habitualmente no estabas acostumbrado, y qué sensación. Y decidías a qué querías dedicarte el resto de tu vida, qué pena que luego sea la vida la que decida qué hacer contigo, bienvenido al maravilloso mundo de la universidad de la supervivencia. Por eso, llegados al 18, también podemos exigirle la madurez y la sensatez de una experiencia de la que, pensando siempre en positivo, nos ayude a ser y a actuar como adultos sin que por ello tengamos que olvidar lo que un día fuimos, niños.