Vuelta al “cole”

18 ene 2016 / 09:34 H.

Orgías y bacanales. Según tengo oído, se acabó la festividad carnavalesca de la Navidad. Felices mis horas fueron cenando en casita, en la soledad. Con la de grasas benefactoras que me proporcionan las latas de sardinas, un contenido metálico para ambos días, y sigo lo mismo. Con mis ratas, mis asuntos y los Reyes Magos, que este año también pasaron de largo. Todavía tengo encima el soponcio del año en que García Anguita sufrió el mal de alturas y hubo que descabalgarlo en la calle Campanas. ¡Vaya chominás!, cuando la cosa está por llegar. Que ya pasó San Antón y a lo que no se le haya pegado fuego, habrá que guardarlo para el año que viene. Ya habrán ardido las papeletas de la pasadas consultas electorales. Y hasta se han hecho las primeras encomiendas en pro de los XI Cortes Generales. Bonito crucigrama. Hemos perdido un erudito de Pitágoras: cateto por cateto al cuadrado. Se dijo: van a ser muchos catetos. Mejor Congreso, que Senado y no falló. Un universitario con la cara tan dura como él —ya nos lo certificó en no pocos plenos— estaba curtido. Fue una pena no verlo en la TV recoger su cartera de novato, al igual que otros sesenta. Se curra poco, da la paga el ancho del mes y encima estás sentado. No sé si será verdad que todas las carteras tienen la cerradura bloqueada, no vaya a que se pierda alguna tablet antes de empezar la función en serio. ¡Que aunque no sé si está la niña de Rajoy, sí vi a Errejón con un niño en brazos. ¿Sería San José en el belén viviente? Si en este país, el 54% de los jueces asciende por enchufismo, informe que hizo la CCEE en su día, y el 65 %, que está politizada, por dios, se me olvidaba que por fin hemos perdido de vista al comandante Bocanegra, el aburrimiento lo largó de aquí. Esta España tan generosa parece no haber perdido la vergüenza del todo. La Fiscalía pide cárcel para Rato y Blesa. Me ha llamado un amigo al móvil y me ha dicho que, al no poder meter al pequeño Nicolás en la vacante al Congreso por Segovia, su jefe espiritual había decidido pagarle tres meses, estancia incluida, en un molino manchego.