Volvemos a la calle

27 mar 2018 / 08:57 H.

La ciudadanía parece estar protagonizando de nuevo una rebelión frente al hartazgo de una legislatura que está resultando más estéril de lo que en un inicio se preveía. Llevamos ya casi dos años de la XII legislatura y los principales problemas del país siguen en el mismo estado. Es verdad que la economía crece lentamente, pero tan evidente como la mejora de los indicadores macroeconómicos, es que la recuperación del empleo, no es la deseada y sobre todo que los servicios públicos, las prestaciones sociales y las políticas del bienestar en general, no han recuperado la inversión y los recortes sufridos durante los peores años de la crisis. En definitiva, resulta evidente que para una gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas, la crisis sigue estando presente en su día a día.

Cuando se inició esta XII legislatura, el pacto PP-Ciudadanos establecía unos compromisos claros y firmes como favorecer la competitividad y el empleo, mejorar la sociedad del bienestar y el conocimiento, garantizar la transparencia y la regeneración democrática, fortalecer las instituciones y el modelo territorial y favorecer la política europea e internacional. Dos años después, no hemos salido de del lodazal de la corrupción, y cada día siguen apareciendo nuevos capítulos algunos rocambolescos, como el posible falseamiento en las notas del máster de la Presidenta de la Comunidad de Madrid. El problema territorial de España lejos de solucionarse, empeora y la grieta de Cataluña empieza a ser alarmante. La reforma de las pensiones para asegurar su sostenibilidad, no solo no llega, sino que han pervertido el debate con una propaganda constante a favor de los planes privados de pensiones y se ha generado alarma social injustificada frente a las generaciones más jóvenes y por supuesto entre los propios pensionistas. El tránsito energético está en el limbo y las inversiones necesarias y prometidas en la educación, la sanidad, la dependencia, etcétera, siguen esperando. Ante esta situación, la gente ha vuelto a salir a la calle. Las manifestaciones masivas reaparecen y son ahora protagonistas de la agenda política y social. Es importante sin embargo, tener en cuenta que estas manifestaciones ciudadanas no están lideradas, ni son iniciativa de los partidos políticos o los sindicatos, sino que son manifestaciones espontáneas de una gran masa ciudadana, a las que les motiva un interés democrático de mostrar hartazgo y reclamar soluciones concretas a problemas concretos. Las redes sociales están demostrando ser un auténtico instrumento para la movilización social, y queda por ver ahora si los partidos políticos y la izquierda, será capaz de coger el guante de tanta sinergia ciudadana a favor de un cambio y de nuevas políticas. Mientras tanto, las encuestas nos dicen que las opciones más liberales como las que representan PP y Ciudadanos crecen. ¿Será esta la tendencia? A un año de las próximas elecciones europeas, municipales y autonómicas, todo está por escribir. Esperamos que ese crecimiento económico sea sostenido y se traduzca en más bienestar para todo el mundo. Para eso serían necesarias más inversiones y nuevas políticas públicas. No es suficiente contentar a algunos colectivos profesionales, como los funcionarios, aunque sus recompensas a tantos años de rebajas sean justas.