Vivirla libremente

07 abr 2019 / 11:09 H.

S e aproxima una de las fiestas más arraigadas en España donde se celebra de maneras muy distintas. En algunos casos, de formas llamativas, como las ciento cuatro horas de tambores en Tobarra, la procesión de los borrachos en Cuenca, donde suenan instrumentos musicales desafinados, o “los picaos” en La Rioja, donde penitentes se flagelan. Aquí nos conformamos con ver procesionar pasos con imágenes, en algunos casos, auténticas obras de arte. La Semana Santa, no es ajena a los tiempos actuales en los que se cuestiona casi todo. Siempre han existido defensores y detractores de estos siete días. Hoy, envuelta la sociedad en un mayor materialismo y laicismo, y dejando de lado la espiritualidad, para mucha gente esta celebración ha dejado de tener sentido religioso predominando el sentido cultural. Cada cual es libre de vivir la Semana Santa de la manera que le parezca más adecuada. Lo que ha de imperar es el respeto hacia una tradición antigua y hacia quienes viven la Semana Santa con un sentido religioso, independientemente de las creencias o gustos de cada uno. Para los que no les guste esta celebración, al menos que se queden con las cifras de negocio que mueve, que para una provincia como la nuestra siempre supone un alivio.