Vidas ejemplares

23 ene 2019 / 08:52 H.

Sabiendo que se trata de un reality la verdad es que hay pocas cosas que decir. Los programas-concurso de Telecinco son así, todos tienen el mismo patrón y, por lo que venimos viendo en los últimos años, también tienen los mismos protagonistas. Esta redundancia en los personajes es lo que los hacen más aburridos porque no hay un solo telespectador que no sepa qué va a pasar en cada situación. Son protagonistas muy marcados y muy vistos y por más reglas de buena conducta que se salten a la torera ya apenas logran sorprender. Eso sí, está visto que al público le gustan estos comportamientos extravagantes, muchas veces producto de una dudosa educación, y tendremos realitys durante muchos años. Una cosa sí me anima y consuela y es que supongo que, cuando Telecinco siempre elige a los mismos personajes es porque, afortunadamente, en España escasea esta gente tan extravagante y conflictiva.

Tengo que reconocer que veo estos programas a salto de rana, o sea, sin quedarme pendiente de la pequeña pantalla. Y algo se me queda en la memoria. Hace unos días elogiaba la lección de Kiko Rivera al haber superado la adicción a la droga, pero se está viendo que Kiko sin “estimulantes” da menos juego, porque es más discreto, más comedido y eso, a los telespectadores no les gusta. Los que levantan pasiones son personajes con tan escasos méritos y tan descarados como Sofía, o personajes tan impredecibles como Ylenia, que no tarda dos minutos en pasar de ser empalagosa, insufrible y superficial a ser comprensible, simpática y ocurrente y es entonces cuando Ylenia aburre a los televidentes más empedernidos. Como ocurre con el resto de concursantes. Estos realitys están pensados para ello. Hasta, por si con los concursantes no hubiese bastante, añaden al coro de comentaristas algunos que también brillan por sus escasas virtudes. Ya son muchas ediciones de “Gran Hermano” y de “Supervivientes”, ambos con idéntico guión, casi los mismos protagonistas y con diferente escenario. Los dos tienen claroscuros, aunque lo oscuro se da en mayor cantidad. Como ese empeño de Sofía en hacerse la importante a base de ser insoportable en su carácter y en su comportamiento. No se puede negar que estos programas distraen aunque son escasamente edificantes. Pero las gentes necesitan distraerse para olvidar tantas calamidades como nos rodean.