Vicentica “Tica”

Dicen que la ignorancia es demasiado atrevida. Cierto, tanto para bien como para mal. Pero el atrevimiento de ese desconocimiento, en ocasiones, provoca que viremos hacia nuestro interior creyendo que el presente más seguro que nos rodea va a ser sempiterno, que nunca nos dirá adiós y que siempre estará ahí para protegernos. Nada más erróneo. Todo es efímero. Pero el aprendizaje a veces es tardío. La otra noche la noticia de que había fallecido la última persona que había tratado con el poeta Federico García Lorca, fue auténtica. Su autenticidad estaba encarnada en la persona de Vicentica, la sobrina nonagenaria del poeta, a la que cariñosamente e hipocorística llamaba “Tica”. A esta niña, nunca le dijeron que habían matado a su tío Federico, al que tanto cariño le tenía. Su familia, no le justificó su no estancia en la huerta. Solo el tiempo, junto con la ausencia y el silencio, les dieron conformidad de que su tío había sido asesinado impunemente. En definitiva, el pasado día 12 de septiembre, cuando “Tica” Fernández Montesinos abandonó esta vida cerró un libro de mucha sabiduría y más sentimientos que ya nadie podrá abrir. Habrá que abrir esos hilos de voz con “El sonido del agua en las acequias”.