las vallas

Vaya, que hemos topado con fronteras, con barreras, con vallas. Pero no vayamos a creer que es un asunto de vallas solamente. Siempre habrá quienes vean el lado bueno de las cosas porque el lado malo siempre tendemos a sacarlo y así, cada día, vamos sacando nuestras propias conclusiones de las situaciones cotidianas. Las barreras siempre han estado ahí, pero de un material menos observable. A veces incluso son barreras que nos ponemos nosotros mismos a diario. Ahora son las vallas “semanasanteras” que procesan La Carrera y mañana serán las vallas que nos impidan acceder a otro país donde descansar la paciencia. Sin vallas no hay paz y con vallas tampoco y de todo eso aprendemos a reflexionar para comprender cada perspectiva pero con escasa perspectiva mirará la niña que, midiendo pocos centímetros, pueda contemplar una Carrera donde, a pasos lentos, se festeja una tradición. A paso lento y sin fronteras, sin duda, las tradiciones son más libres. A pasos lentos.