Vamos a contar mentiras

26 dic 2018 / 09:23 H.

No hay mal que cien años dure es un cuento chino que yo no creo, y por eso no lo leo. En Jaén los males duran desde que fue conquistada por los cristianos, y por algo en su escudo se puede leer: “Jaén nobel y leal ciudad, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla”. Fuentes cercanas y rigurosas me han soplado al oído que pronto se desterrarán las carreteras tercermundistas por donde las cabras mochas se las ven y se las desean. El AVE, por fin, don Martín de las Altas Peñas, comunicará la provincia de Jaén con Sevilla, Madrid y Barcelona. De nuestros pueblos, sobre todo los serranos, ¿quién se acuerda de esta tierra?, ya nadie se irá a la gran ciudad a buscarse las habichuelas, porque aquí encontrarán trabajo, serán felices y comerán perdices naturales no envasadas al vacío. Jaén, amigos míos, resucitará como ave fénix de sus cenizas. El aceite de oliva, alimento y bálsamo a la vez, zumo de dioses sibaritas, se venderá en todo el mundo, lo que hará que nuestras maltrechas haciendas no pasarán más apuros económicos. En Jaén, hoy conocido como paraíso interior, será como un pavo real enseñando, orgullosa, el abanico de sus maravillosos colores.