Vacaciones estivales

21 jun 2017 / 12:07 H.

Llegarán en dos días, como todos los años por estas fechas. Llegan para ellas y ellos, los peques de la casa. Son las vacaciones escolares más duraderas del año. Las más deseadas y necesitadas, pero preocupantes para los padres que no siempre pueden conciliar el calendario laboral con el familiar y los obliga a buscar soluciones que difícilmente van a satisfacer las expectativas de unos y de otros. En este curso se han hecho desear de forma especialmente intensa y me atrevo a aventurar que extensa en tanto que todos han comprobado que hasta las condiciones climáticas, con auténticas olas de calor, han puesto de actualidad la obsolescencia de nuestros espacios educativos que son los que necesitan de un programa de fuertes inversiones que, desde la demandada climatización hasta el alumbrado, pasando por el equipamiento informático y el increíblemente olvidado material pedagógico manipulable en estas edades, deberían ser tratados como asunto de todos. Nos va en ello el futuro.

Tampoco ha ayudado la enquistación de problemas endémicos que por falta de consenso en el desarrollo del marco legislativo retrasa las soluciones a algunos de los problemas como el modelo de evaluación, formación del profesorado, modelo organizativo, así como los que han ocupado y preocupado a las familias como los deberes y la convivencia en los centros. Alumnado, profesionales y familias cambiarán sus rutinas desde el próximo viernes. Los primeros saldrán de las aulas y llevarán o recogerán en días el ya conocido boletín de notas que pretende ser una foto fija de la evolución académica de todo un año de trabajo, aspiración tan ambiciosa como querer meter el mar en una botella. Se complica además esta información con la tendencia bastante generalizada a la comparación de sus resultados con los de propios, hermanos, y extraños, vecinos... que, junto con la capacidad de resaltar lo negativo y considerar lo positivo natural, nos puede conducir a situaciones que no ayudan al niño o niña a mejorar su autoestima, al profesorado a mejorar sus prácticas y a la familia a comprenderse. ¿Felices vacaciones?