Uno más en la familia

15 may 2017 / 10:26 H.

Se presentó a las últimas elecciones municipales con la firme intención de convencer a los jiennenses de que su opción era la mejor bofetada política contra los partidos de siempre, los conocidos como mayoritarios. Ciudadanos se erigió como fuerza emergente pensada para atraer a los tradicionales votantes del Partido Popular desencantados con continuos escándalos y sobredosis de crisis económica y falta de trabajo. Se sumó al tren de Albert Rivera en España como un grano de arena más para intentar cambiar el rumbo de una situación insostenible. Ingeniero de profesión, buscó un escaño en el Ayuntamiento de Jaén con dos compañeros de viaje convertidos en uña y carne. Salud Anguita, Víctor Santiago e Iván Martínez lograron un sillón en el salón de plenos capitalino y, eso sí, se aseguraron la minuta para cuatro ininterrumpidos años. Los tres dieron más de un titular en el escaso tiempo que se mantuvieron bajo las siglas representadas por el color naranja y, después, también. Y, en cierto modo, siguen con el protagonismo por bandera con acciones que dejan ver que cada uno, ya como concejales no adscritos despojados de equipo, busca sus habichuelas en el arte de hacer posible lo imposible.

Salud Anguita, conocida por su pasado andalucista en Torredonjimeno, busca hueco, tras su fugaz paso por Ciudadanos, en un partido nuevo, Libres, cuyo lema es “Con las personas”. Víctor Santiago, sin antecedentes en esto de la política que trasciendan, se aferra a su escaño sin un rumbo fijo. Iván Martínez, el tercero en discordia de una candidatura convertida en papel de fumar, empieza a ser considerado uno más en la familia del Partido Popular.

Hay actos en los que simula ser el concejal número trece de un equipo de Gobierno que, en cierto modo, necesita de alguien como él. Basta con ver la fotografía que acompaña a esta crónica. El secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, saluda uno a uno a los doce ediles populares en su visita al Ayuntamiento de la capital y, quizá sin saberlo, estrecha la mano a uno más. Es solo un ejemplo de otras muchas actividades en las que el también vicepresidente de Somuvisa muestra el filin que tiene con los integrantes de una fuerza política que, en las elecciones de 2015, se dispuso a derrotar.

Paradojas de la vida. El alcalde, Javier Márquez, que le pasa como a Mariano Rajoy por aquello de la falta de mayoría, no tuvo más remedio que buscar apoyos fuera de su grupo para sacar adelante los presupuestos municipales y, no sin esfuerzo, encontró en el concejal no adscrito lo que realmente le interesaba. Gracias a él le saldrán las cuentas, eso sí, con la condición de firmar un plan económico encaminado a sanear las maltrechas arcas. Iván Martínez impone sus reglas y Javier Márquez las acepta. Un acuerdo tácito, considerado puntual, que garantiza una doble tranquilidad, la del alcalde y la del edil independiente. La oposición tira piedras contra su tejado y, por efecto rebote, contra el de la dirección regional del Partido Popular, a quien acusa de romper las reglas del Pacto Antitransfuguismo. La polémica está servida en bandeja y, mientras escampa, el ex de Ciudadanos ensalza su trabajo apegado a la ciudadanía. Nada más. No quiere oír hablar de acuerdo de gobernabilidad ni de afiliaciones políticas. Escuda su hoja de ruta en la necesidad de trabajar por su tierra.