Uno de los grandes

30 mar 2017 / 11:25 H.

Sigo cada noche que puedo —más bien madrugada— buscando en el ordenador aquellas viejas películas de mi infancia y juventud que me hacían feliz. Películas en blanco y negro, sin grandes alardes tecnológicos, pero con hermosas interpretaciones de grandes actores y actrices cuyos nombres conservo en mi memoria con más frescura que los de los contemporáneos.

Eran mis héroes y mis heroínas, algo que ya nadie más consiguió despertar en mí. Dentro de unos meses, en julio, se van a cumplir 20 años de la muerte de James Stewart, uno de los grandes de la era dorada de Hollywood, fallecido a los 89 años. Pocos actores reunieron la versatilidad, los matices interpretativos que se daban en este actor de aspecto tímido y despistado que llenaba las pantallas con su inmensa y singular personalidad. Jimmy Stewart, así era conocido en Hollywood, interpretó a los personajes más dispares, triunfando en la comedia, el western, el suspense o temas biográficos. He repetido muchas veces que una de las películas que más me gusta es “Qué bello es vivir”. Pero es interminable la lista de inolvidables películas protagonizadas por este actor.

Comedias como “Historias de Filadelfia”, que le valió el Oscar en 1941; “Vive como quieras”, “Caballero sin espada”, “El bazar de las sorpresas” y “Harvey”, y westerns como “Winchester 73”, “Flecha rota” y “Tierras lejanas” o filmes de suspense, entre los que destacan “Vértigo”, “Anatomía de un asesinato”, “La soga” y “La ventana indiscreta”. Las interpretaciones de Stewart, siempre mesuradas, que transmitían lo mismo la tensión que la ternura, le hicieron ganar la admiración mundial y un montón de premios internacionales. Trabajó a las órdenes de los mejores directores de la larga época en que se mantuvo activo. Stewart no solo era digno de la admiración de que gozó por su trabajo sino que tenía el respeto y el reconocimiento general de los estadounidenses por su participación como piloto de un bombardero en la Segunda Guerra Mundial, donde realizó servicios que le valieron numerosas condecoraciones, llegando a ascender de soldado al grado de coronel.

Yo no encuentro en el cine de hoy a actores de su talla. Quizás lo tenga idealizado, como a otros cuantos más, porque forma parte de mi juventud, pero cuando veo su nombre en el cartel de una película, no me resisto a verla.