Un lamentable deterioro

20 sep 2017 / 11:01 H.

Aún queda en el aire, y en la memoria de quienes estuvimos allí, los ecos de la gran movilización social que tuvo lugar en Linares, hace unos pocos días, reivindicando a las administraciones una mirada de atención y un trato digno, para esta localidad y sus gentes. Un Linares que en otros tiempos fue el motor industrial de la provincia jiennense. Altamente conocida durante el siglo XIX en Europa por sus famosas minas de carbón así como por ser sede, en Andalucía, de la factoría automovilística Santana Motor. Entonces lucía con orgullo sus casinos y su ferrocarril y hasta una delegación del Banco de España. Pero aquello fueron otros tiempos. No estaría de más, y hasta llega a ser saludable, hacer un examen de conciencia para detectar cuáles han sido los motivos de tan lamentable deterioro. Que cada cual asuma su parte de culpa. Entre todas la mataron y ella sola se murió. Hoy, después de haber sido conscientes de que lucen con dudoso honor, el título de ser el municipio con más paro de España, según datos del pasado mes de julio del Instituto Nacional de Estadística, han decidido despertar de su letargo al comprobar que todo han sido excusas a un pésimo trabajo de todos los que tienen y han tenido obligación de velar por los intereses de esta ciudad. Todo tiene un límite y Linares ya ha llegado al suyo. Pero es que a Jaén no le va mucho mejor y por eso también tuvo su gran concentración en el pasado mes de julio. Ante tanta pasividad, olvido y apatía, es la ciudadanía la que ahora le toca trabajar porque se cumplan los compromisos de reindustrialización, se invierta y se destinen fondos presupuestarios. El poder y la fuerza están en los ciudadanos. No creo que haya otra forma para conseguir resurgir de las cenizas. En ambas localidades la ciudadanía se ha pronunciado. Hemos presenciado los primeros pasos de una sociedad luchadora. El tanteo ha sido revelador. Ahora toca hacer lo más difícil. Convertir esa fuerza en trabajo y por supuesto, no dar ni un paso atrás. Concienciarnos de que solo es posible avanzar.