Todo está escrito

He asistido a un Congreso para Escritores Noveles centrado en la edición y en publicar primeras obras. La mejor ponencia, para mí, la impartió una profesora de literatura de la Universidad de Oviedo que al inicio nos regañó: “Todo está escrito ¡No inventéis la sopa de ajo, si ya existe! El arte es solo apariencia, ¡pensad! ¿Dónde está la cama de Van Gogh, Hamlet o Madame Bovary?” La profesora Magdalena Cueto Pérez nos cuestiona: ¿Qué tienen que decir los escritores? Nos exige: Debéis ser el rearme ético y moral de occidente. Nos grita: ¡Arrojad una visión sobre el mundo! ¡Sí! En tres días en Gijón he aprendido con preguntas ¿por qué escribimos? El escritor invitado Víctor del Árbol contestó: ¿Por qué leemos? Él no sabe por qué escribe, fue su primera respuesta, la segunda fue por ser. Él escribe por ser, por existir. Del congreso he traído un manual de instrucciones para construir un espejo de nuestro tiempo, aún no sé su tamaño, si será de un metro o de un kilómetro o infinito, pero sé que con timidez me pondré delante y miraré, porque en su interior atisbo ya el reflejo de nosotros, de otros, de mí y, sobre eso, sobre eso sí puedo escribir.