Todo a cien en calles y callejones

24 sep 2016 / 11:51 H.

Un pesimista es un optimista bien informado” decía Mario Benedetti en un haikus. Esa es la sensación que tengo, desde hace mucho tiempo, con el devenir de esta ciudad en la que llevo residiendo más de dos tercios de mi vida. Y no es que vaya uno de agorero; es mi diagnóstico de Jaén a través de los años. Aquí pasan cosas difícilmente explicables y asumibles en cualquier otro territorio. Cuando aterricé, los primeros ecos que me llegaron fueron el calor sofocante de sus veranos y que se habían cepillado el Teatro Cervantes, un emblema de esta ciudad, para montar el banco de la famosa abeja de Ruiz Mateos, que acabó como el rosario de Caniles.

Lo primero no tenía arreglo, lo del teatro fue una barbaridad de las muchas que mis ojos, ya cansados, han visto en el transcurso del tiempo. Después, vino la jugada urbanística de Jabalcuz. El teórico parque de expansión y recreo, tan necesario para esta ciudad tan poco verde, acabó siendo pasto de los buitres del ladrillo con el beneplácito, directo o indirecto, de las administraciones públicas y de buena parte de la ciudadanía. No recuerdo manifestaciones ante tamaño atropello. El abandono sistemático del casco viejo es endémico, y después nos quejamos de que haya poco turismo.

Un territorio abandonado que se va desmoronando y deshabitando ante la indiferencia de unos y otros. En su momento hubo propuestas interesantes de reactivarlo, de forma natural y sin tantos planes europeos con menos cálculo que una nube, subiendo allí alguna facultad y provocando que un flujo importante de gente joven pisara, conociera y residiera en ese espacio. Lo demás era coser y cantar: pisos rehabilitados para alquilar, tiendas, papelerías, bares, comercios... y trabajo en general, que le darían vida a los habitantes de allí y, consecuentemente, cambiarían y renovarían su aspecto. Pero nones, prevaleció el concepto franquista de concentración de la sabiduría en el extrarradio, por si se rebrincaban. Y todavía andan buscando la fórmula mágica para la conexión entre la Universidad y la sociedad. Ahora que se pone tanto énfasis en que cataloguen la Catedral de Jaén como Patrimonio de la Humanidad, no se repara en su entorno, maltratado sistémicamente, donde dieron licencias urbanísticas municipales para que cada cual edificara a su puta bola y el resultado está a la vista, un sin dios heterogéneo y horroroso que no hay quien se lo fume. Imagino que tendrá algo que ver en las pegas que la Unesco pone en dicha catalogación. No hay que irse muy lejos para ver cómo Úbeda y Baeza fueron mucho más sensatas en este apartado y el resultado está a la vista.

Aquí, en la capital, tienen que aprender mucho de ciertos pueblos de la provincia y no ser tan chovinistas. Conozco algunos que, por ejemplo, tienen programaciones culturales mucho más potentes, variadas y ambiciosas que las del Ayuntamiento de Jaén, que se mueve, históricamente, entre la ramplonería y el lamento boliviano de la falta de dineros. Pero eso es un camelo, lo que faltan son ganas y poner a gente que chanele de los temas, aunque no sean de tu cuerda. He conocido a concejales de cultura metidos a promotores, que han traído a la ciudad cosas que les gustaban a ellos o a sus hijos o a los representantes de turno, pasando olímpicamente de buenas ideas y de personas con criterio. Aquí nos hemos tragado auténticas bacalás a precio de oro, pero como eran dineros públicos, pues a saco y a hacer caja.

Si se hubieran tenido que jugar sus cuartos estos defensores del libre mercado y del emprendimiento, otro gallo hubiera cantado. Podemos ser tontos, pero no gilipollas. Aquí lo único que ha crecido es la Semana Santa. Voy a rematar con un tema de rabiosa actualidad que inquieta y mosquea a mucha gente, el furor terracero y sin anestesia de muchos bares de esta ciudad. Con permisos municipales y pago de sus tasas, supongo, ciertas terrazas se han apoderado de los espacios públicos, plazas, calles y callejones, donde prácticamente no se puede pasar. Mesas y sillas hasta en la sopa y con un ruidazo del copón ¿para rebajar la deuda municipal? Jaén, todo a cien.