Tocayos
pisa callos

12 abr 2019 / 16:29 H.

Decían de Pedro que era impulsivo y de temperamento colérico, que Pablo era de exigua estatura corporal y su presencia era poca cosa, aunque derivó a gran orador y escritor de trece cartas del Nuevo Testamento, de Santiago que tenía una recia personalidad y un temperamento ardiente. No había ningún Alberto. Pedro, Pablo, Santiago y los demás es el título de un libro, apropiado para un Viernes de Dolores como hoy, y para la Semana Santa. Los discípulos favoritos de hace unos dos mil años. Ese mismo título podría ser un titular de la crónica actual de los que marcarán nuestro futuro cercano. Pedro, Pablo, Santiago y los demás. Aquel Pablo se hizo más grande por sus publicaciones, trece cartas, este Pedro pasará a la historia por la suya, su no-tesis. Si aquel Pedro negó tres veces, éste vuelve con su segundo “no es no”. Si Saulo de Tarso perseguía a los cristianos, Saulo de Galapagar tiene aversión a la Iglesia (a pesar de su apellido). Si aquel Pablo, soltero y valiente, corregía a Pedro (carta a los Gálatas), este Pablo, Casado, de la derechita cobarde, reprende al Pedro coetáneo. Aquellos crearon una comunidad, estos parecen otra, pero de las de “Aquí no hay quien viva”. Aquello era pasión, esto es un calvario.