Tiempos mudos

14 oct 2017 / 10:57 H.

Antes que el dinero existía el trueque, una prehistórica manera de gestionar recursos, necesidades e ideas sin más lenguaje que la intención recíproca de llenarse el buche para seguir viviendo. Digo yo que en tan remotos tiempos no debió de ser nada fácil entablar conversación y relacionarse con los de las aldeas cercanas para convencerles de que lo que le ofrecías para intercambio era tan beneficioso o más que aquello que le pedías. Ejemplos hay aún en la naturaleza que da fe de tan interesados momentos, y todos ellos con el mismo denominador común: la confianza. Poco habrían cambiado las cosas si no se hubiera superado ese pelín de riesgo que sin duda llevaría primero al respeto y después a la comprensión y a la colaboración. Si hasta los humanos antiguos tuvieron la valentía de relacionarse apartando por un momento sus diferencias aunque solo fuese por conveniencia, no entiendo por qué es tan difícil dialogar en pleno siglo XXI. Así lo han puesto de imposible los gobiernos de España y Cataluña. Cierto es que ahora tenemos leyes y reglas que rigen estos encuentros, pero para este caso lo que hay que recuperar es la confianza.