Tensión en las bases

28 may 2018 / 08:51 H.

Las hemerotecas tienen tanto de bueno como de malo. Son instrumentos de imperiosa necesidad para rescatar la memoria del pasado y son armas con doble filo cuando la verdad escuece y, en este caso, las palabras no se las lleva el viento, sino que permanecen por los siglos de los siglos amén. Vivir en un piso de treinta metros cuadrados, residir en un palacete heredado o adquirir un chalé de lujo es una decisión personal e intransferible que depende más del contenido del bolsillo y de las aspiraciones individuales o familiares que de cuestiones relacionadas con la política. El problema está en las hemerotecas, esas incómodas bibliotecas que rescatan del cajón del olvido discursos que marcan tendencia y que, cuando se vulneran, son capaces de impugnar el trabajo de mucho tiempo de todo un partido. Al grano. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su pareja, Irene Montero, tienen bien sembrado el escándalo con la adquisición de una casa, por seiscientos mil euros, en la sierra madrileña de Galapagar. Él, que defendía a capa y espada que viviría en Vallecas incluso como presidente del Gobierno... Él, que despreciaba la filosofía burguesa... Él, que apelaba a los suyos para que se sintiesen “gente de barrio”... Él, que hizo aerobismo con Ana Rosa Quintana y puso a la “casta” a parir de un burro por aislarse a las afueras de la capital...

Su relato se desmorona por la incoherencia. El suyo y el de su pareja, procedente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. La contradicción tiene tensas a las bases. En Jaén, quienes coordinan los círculos de Podemos ven claro que es legítimo adquirir la vivienda que cada uno quiera, pero admiten que pasar del relato de “antiestablishment” de justiciero a comprar un chalé de lujo es una contradicción errónea y difícil de olvidar para la opinión pública. También son conscientes del linchamiento mediático y, aunque no todo es crítica hacia sus líderes, no tiene buena prensa entre quienes están al pie del cañón eso de utilizar los mecanismos internos del partido para asuntos privados. David Peñafuerte, coordinador provincial de Podemos, fue explícito en su cuenta de Facebook: “Alguna persona me ha preguntado qué pienso hacer en la consulta sobre Pablo e Irene. No voy a participar”. Lo mismo considera el coordinador en la capital, Lucas Martínez, quien destaca que su opinión acerca de esa especie de referéndum es particular y que en ningún caso tiene que ser entendida como la parte por el todo, es decir, que cada afiliado a la fuerza morada puede hacer lo que le traiga al pairo con su papeleta. En lo que sí coinciden los consultados es en que no comparten la decisión de esa millonaria compra y que solo consiguen acercarse a una explicación desde la conexión con la realidad que atribuyen a Pablo Iglesias y a su círculo más íntimo. El enfado es, a todas luces, monumental y, en cierto modo, hay miedo a las consecuencias electorales que pueda acarrear. Porque, eso sí, los expertos vaticinan que esa falta de ejemplaridad es difícil de borrar de la mente de los potenciales votantes.

El escándalo llega en plenas conversaciones para lograr la confluencia con vistas a las autonómicas. En Andalucía ya está cerrado que habrá acuerdo para ir unidos a las primarias. Queda por ver qué pasa en las municipales. En Jaén, Lucas Martínez bautiza al movimiento que promueve como “Marea Municipalista”. Su intención es que los vecinos se unan a él y, después, invitar al resto de partidos a que se sumen a la causa. El “qué” está más o menos claro e, incluso, hay filin con quienes tienen representación en el Ayuntamiento de la capital para que así sea. Falta por ver el “cómo” y el “quién” encabezará la lista.