Sobre el tema de la eutanasia

En España es tema de candente actualidad, haciéndonos elucubrar y alinearnos entre su consentimiento, la negación más absoluta o con ciertos matices intermedios. Tanto si se acepta como si se sigue prohibiendo, deberíamos de centrarnos en analizar ventajas e inconvenientes, ya que choca con múltiples aspectos legales, religiosos, personales, culturales... Por eso hay que hilar muy fino y procurar no otorgar a terceros un poderío excesivo y ajeno al interesado del que nos tengamos que arrepentir. La eutanasia se debe regular para que el individuo, en su sano juicio, sea quien lo decida y no el Estado, la clase médica, los familiares más cercanos, etcétera, quienes —por intereses espurios— tengan la última palabra en este crucial asunto. Que no nos pase como en algún país que ha sido legalizada y se está produciendo un éxodo masivo de personas mayores que no quieren ser pasto fácil de las garras del estado, compañías financieras o de familiares interesados para que se les envíe al otro mundo sin consultárseles siquiera.