Sobre el centralismo

05 oct 2018 / 12:00 H.

Amedida que ascendemos por la escalera del poder en nuestro Estado, se observa como la autoridad de las fuerzas neoliberales y conservadoras ha sido mayor. Sin embargo, los ayuntamientos, las autoridades locales que también son Estado y que son su nivel más cercano a los ciudadanos, son la cota de gobierno que menos poder tiene. En nuestro país se diseñó la jerarquía de poder institucional del Estado de tal manera que les resulte casi imposible a las instituciones de gobierno locales poder mejorar la calidad de vida o el bienestar de la mayoría de la población. Por supuesto, se procuró cuidar los intereses financieros, corporativos y económicos para que no se vieran afectados por futuras medidas que salieran del ámbito local. Además de permitir que utilizaran su gran influencia en la política a los niveles más altos del Estado Central y de las Comunidades Autónomas para limitar aún más el poder de los ayuntamientos. La tremenda centralización en nuestro país, tanto a lo que se refiere al poder ejecutivo como al legislativo, está fundada en una de las características más enraizadas del conservadurismo español, incluida la visión borbónica, como es la visión uninacional de España. Hay una nula sensibilidad hacia los otros niveles de gobierno, y su necesaria capacidad decisoria, más cercanos al ciudadano, como son el nivel local y municipal: la misma falta de sensibilidad que existe para ver la realidad plurinacional de nuestro país. Esa falta de reconocimiento siempre ha ido acompañada de la centralización del Estado. Aunque parezca mentira a los ciudadanos nos afecta a niveles muy cercanos y prácticos en nuestra vida diaria. Desde el alquiler de un piso a experiencias cotidianas en las que cada día podemos vivir en nuestras carnes la escasa o casi nula sensibilidad del Estado central hacia nuestra defensa como consumidores y usuarios. Además tenemos la desgracia de asistir a este interminable conflicto estimulado por el nacionalismo español y catalán que ha desviado la atención sobre el problema social, lo ha ocultado, y que afecta a todos los ciudadanos catalanes al igual que a los del resto del Estado. La calidad de vida de todos está deteriorándose por momentos y no para de verse perjudicada, y empobrecida, por este tremendo centralismo. Todos hemos visto y vivido el deterioro a nuestro alrededor, en nuestras ciudades, nuestros barrios, nuestras familias. Hemos vivido los recortes del gasto público, hemos vivido el dramático deterioro del mercado de trabajo consecuencia de las reformas laborales neoliberales. Si volvemos al ejemplo de los alquileres es escandaloso el problema de los alquileres de periodos cortos o de los pisos turísticos. Hasta hoy las autoridades locales han demostrado su sensibilidad, pero tienen escaso poder de decisión sobre este drama. Lo que está sucediendo con el precio del alquiler, hay comunidades donde ha subido un 50% en cuestión de cuatro años, afecta sobre todo a las clases populares. Pero los alquileres podrían regularse desde los ayuntamientos y evitar esas subidas desproporcionadas, pero por ahora es poco lo que han podido hacer. El problema tiene solución, pero a las autoridades locales no se les dan los instrumentos para solucionarlo y poner freno a bancos e inmobiliarias que son en su mayoría los propietarios.A estas alturas de nuestra historia democrática ya es hora de cambiar nuestra Constitución, que fue el resultado del sometimiento al enorme poder que las fuerzas conservadoras tenían durante la transición. El cambio de nuestra Carta Magna debe dar a las autoridades municipales y locales mucha más capacidad de acción y poder.

Aunque los medios públicos y privados, instrumentalizados unos por el partido de turno o influenciados los otros por los poderes económicos, no se centren en el fenómeno ocurrido en nuestro país, lo cierto es que existe, y es enormemente interesante y positivo el que hayan surgido de los movimientos sociales y vecinales nuevas fuerzas políticas que están introduciendo movimientos de cambio a nivel municipal y que está influyendo en todo el país.