Sierra Sur y literatura

12 may 2016 / 18:00 H.

La música lenta y misteriosa de la literatura siempre se oye mejor en las esquinas secretas de la vida. En la definitiva huida de la urgencia. Porque el tiempo es siempre una espera; un abandono en el libro donde viene la sutura de la herida del pasado. En el vencido refugio de la soledad. En la llama fugitiva de un instante de conversación. En la rebeldía de la posibilidad. En el mapa intenso del último recuerdo. En la métrica sincera de unos poemas intercalados en el epílogo de la madrugada. En la copia bien guardada de aquel manuscrito, donde los momentos pasan como una lluvia antigua. Álamos y granados; cerezos y manzanos; nísperos y perales; higueras y ciruelos; duraznos y caquis; encinas y chaparros; nogueras y almendros: lienzos sobre la tierra, amanecido el sol como verdad ya escrita entre los olivares. El agua de la fuente. Acequias y albercas. Jilgueros, ruiseñores, zorzales, palomas torcaces, perdices, conejos, liebres. Metáforas; inagotables y puras como las sinestesias del alba. En la Sierra Sur. De Jaén.