Sí importa. La caverna

29 dic 2016 / 12:19 H.

Cavidad profunda, subterránea o entre rocas. Gruta, antro, guarida, madriguera, sótano, bodega, subterráneo, foso, cubil”. A punto de finalizar este movido año de 2016 en el que la pluralidad parlamentaria salida de las urnas ha configurado un nuevo Parlamento, en el que han irrumpido con fuerza nuevas ideas y nuevas formas, la caverna ruge. Pensaba plasmar en este artículo de opinión el discurso del Rey que, aunque no es decisivo para nada sí tiene importancia, sobre todo porque en esta ocasión ha sido un discurso social hablando del respeto al otro, al diferente. Dice el Monarca: “Me gustaría insistir esta noche también en la necesidad de que cuidemos y mejoremos en todo momento nuestra convivencia. Y la convivencia exige siempre, y ante todo, respeto. Respeto y consideración a los demás. Respeto y consideración a las ideas distintas a las nuestras. La intolerancia y la exclusión, la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena, no pueden caber en la España de hoy.” Un discurso “bienqueda” para unos, políticamente correcto para otros, y ni oído ni visto para la gran mayoría de los españoles, que en esos momentos generalmente están o estamos en el ajetreo de la Noche Buena. Al hilo del discurso, fue noticia pero se esfumó como el humo, la visita que las alcaldesas de Madrid y la de Barcelona, realizaron al Papa Francisco, dentro del marco del encuentro propiciado por su Santidad, de alcaldes europeos para “acoger a todo tipo de emigrantes o refugiados”. Ambas líderes reclamaron el papel solidario de España con respecto a los refugiados y pusieron de manifiesto que Madrid y Barcelona son ciudades preparadas para el acogimiento de aquellos que huyen del horror y la muerte. Muy en consonancia por cierto con el mensaje del Rey y con las recomendaciones vertidas por el Pontífice en ese encuentro. Y por aquí, encadenando información, ideas y convicciones, llego al hecho ocurrido en estos días con una líder política de Podemos. Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos en Andalucía, parlamentaria andaluza y mujer, ha denunciado al empresario y vocal de la Cámara de Comercio de Sevilla, Manuel Muñoz, por “trato degradante y agresión sexista”, en un acto institucional. “Se abalanzó sobre mí, me empujó, me tapó la boca y simuló besarme”. Todo esto ocurrió ante el presidente de la Cámara, representantes empresariales y público en general. Respuesta: La callada por respuesta. Desconcierto y complicidad, por supuesto. La caverna es así. No obstante, ya lo han amonestado y lo han obligado a dejar la vocalía que representaba. “Estaba ebrio. Me he pasado siete pueblos”, declaró el agresor. Así se sustancian este tipo de cosas en un país como el nuestro. Y aquí quería llegar yo: En todo tipo de organismos, aún existen individuos de esta especie, que no consideran ni a la mujer, ni a las instituciones ni desde luego a los y las representantes de formaciones políticas no afines a las suyas. No se sienten representados y desprecian al otro, sobre todo si es otra. Que no puedo imaginar yo, que este comportamiento lo hubiese tenido este tipo con una representante pública distinta a Teresa, pongamos solo a modo de ejemplo: Con María Dolores de Cospedal”. Seguro que no se hubiese comportado así. A pesar de la embriaguez.