Ser
jefe

03 ene 2019 / 10:38 H.

Este rol o cargo es denigrado por muchos y anhelado por bastantes, aunque es tan imprescindible como el comer. Ser jefe no es dar órdenes arbitrarias o hacer lo que le viene en gana, sino todo lo contrario. Eso es un mandamás. El líder natural de cualquier grupo humano (que no suele coincidir con el impuesto) debería ser la persona más preparada, sacrificada y responsable, ejerciendo de guía que mejore y busque el bienestar de todos, predicando siempre con el buen ejemplo de sus actos y palabras, y creando un clima de acuerdo y consenso para que el grupo progrese en sus relaciones interpersonales, logros o tareas. No hay que olvidar lo difícil que es mandar a algunos subordinados que lo único que saben es verbalizar su “yo-me-opongo” en una democracia mal entendida que ellos practican mostrándose lo más díscolos y rebeldes que te puedas imaginar. Y ya que estamos los cabales: ¿Quién no ha tenido un jefe que le hace la vida imposible y deja mucho que desear, o lo padece actualmente?